En 2035 diremos adiós a la venta de coches y furgonetas gasolina y diésel
El transporte en general supone aproximadamente un 40% del consumo de energía total, y en torno al 27,7% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero en España. A esto hay que añadir que contamos con uno de los parques automovilísticos más envejecidos de Europa, nada menos que 13,5 años de media. Son coches que contaminan más y que, además, no cuentan con los últimos elementos de seguridad. El impulso al vehículo eléctrico se ha convertido en el gran reto de la Unión Europea, por lo que el Parlamento Europeo acaba de dar el visto bueno a que 2035 sea el año definitivo en el que no se podrán vender coches y furgonetas de gasolina o diésel.
En España circulan más de 180.000 vehículos eléctricos. Sin embargo, estamos muy lejos del reto establecido por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de alcanzar los 5 millones de automóviles eléctricos en 2030, lo que supondría un 16% del total del parque de vehículos. El mercado electrificado ha aumentado en el último año, aunque todavía solo representa el 9% del mercado total, según ANFAC.
Las ventas de este tipo de vehículos (eléctricos e híbridos enchufables, comprendiendo turismos, cuadriciclos, vehículos comerciales e industriales y autobuses) llegaron en 2022 a un total de 84.645 unidades, un 19,1% más que el año anterior. Se trata de un incremento “lento”, según la asociación. De hecho, prevén que España no cumpla sus objetivos de descarbonización, y es que nos encontramos lejos de la media europea. Mientras que, como hemos indicado, la matriculación de vehículos eléctricos en nuestro país se sitúa en el 9%, en Noruega es el 88%, en Alemania el 26% y en Portugal el 20%. La media de la Unión Europea es del 19,3%.
SIN COCHES DE COMBUSTIÓN EN VENTA EN 2035
El Parlamento Europeo ha aprobado que los turismos y furgonetas nuevos que se comercialicen en la Unión Europea en 2035 sean “cero emisiones”. En la práctica esto quiere decir que estará prohibida la venta de coches y furgonetas que vayan equipados con cualquier tipo de motor diésel o gasolina a partir de ese año. Para cumplir con los límites de emisiones establecidos, sólo se podrán vender coches y furgonetas eléctricas.
Además, se establece que los coches nuevos que se vendan a partir de 2030 tengan un recorte del 55% de las emisiones de CO2 (el objetivo actual es del 37,5%) y del 50% para furgonetas nuevas para 2030, respecto a 2021. El gran paso se busca dar en 2035 para cuando se espera llegar al 100%.
Por último, hay que señalar que los fabricantes con una producción reducida (entre 1.000 y 10.000 automóviles nuevos o entre 1.000 y 22.000 furgonetas nuevas al año) podrán beneficiarse de una exención hasta el 31 de diciembre de 2035. Los que declaren menos de 1.000 vehículos nuevos al año seguirán estando exentos.
Por otro lado, hay que añadir que la Comisión presentará una metodología para evaluar y comunicar datos sobre emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de los automóviles y furgonetas vendidos en la UE. Se establece la fecha de 2025 para ponerlo en marcha. Igualmente, y cada dos años, a partir de finales de 2025, la Comisión publicará un informe para evaluar los avances llevados a cabo y analizar cuán cerca estamos del objetivo cero emisiones.
En este sentido, conviene señalar también que la Comisión ha lanzado una propuesta para reducir los gases de efecto invernadero de camiones y autobuses de larga distancia, que deberá ser del 45% en 2030, del 65% en 2035 y del 90% en 2040, respecto a los niveles de 2019. Igualmente, todos los autobuses interurbanos comercializados en la Unión Europea a partir de 2030 serán de cero emisiones, no así los que den servicio a zonas rurales, que tendrán el mismo tratamiento que los camiones.
El acuerdo del Parlamento Europeo, no obstante, deberá debe ser ratificado por unanimidad en el Consejo Europeo, es decir, por los presidentes de los 27 países de la Unión Europea.
¿CONTAMOS CON LA INFRAESTRUCTURA NECESARIA?
El precio, la escasez de autonomía o los pocos puntos de recarga se encuentran entre los principales escollos para el despliegue del vehículo eléctrico en España. El objetivo es llegar a los 110.000 puntos de recarga en 2025, y a los 340.000 en 2030. Sin embargo, desde el Observatorio de Electromovilidad de Anfac señalan que España no alcanzará el objetivo de 45.000 puntos de recarga previstos para este 2023, algo necesario para cumplir con las exigencias de los objetivos europeos, marcados a nivel nacional por el PNIEC para 2030.
A esto hay que añadir que los puntos de carga en España son, sobre todo, de baja potencia: de los 793 nuevos puntos de recarga instalados recientemente, 418 puntos corresponden a potencias de hasta 22 kW. Esto quiere decir que la red nacional de puntos de recarga continúa siendo mayoritariamente de carga lenta, representando el 81% del total de la infraestructura. Por todo ello, se plantea que los puntos de recarga en residencias sean la principal fuente de energía. De hecho, un reciente estudio de Bloomberg señala que el 90% de las recargas se realizará en domicilios particulares.