¿Afecta el calor extremo a la hora conducir?
Pasar calor dentro del coche mientras se conduce afecta directamente a la capacidad del conductor para ponerse al volante de manera segura. Por este motivo, es clave conseguir una temperatura óptima que favorezca la conducción.
Y es que por encima de los 24ºC, las capacidades de respuesta de una persona empiezan a verse afectadas. Esto es especialmente perjudicial cuando esta persona está conduciendo, ya que se ralentiza su capacidad de respuesta y la posibilidad de reaccionar a tiempo ante posibles imprevistos.
Además, el calor favorece la aparición del cansancio, de la fatiga, sueño, debilidad, mareos, náuseas e incluso desmayos. A esto hay que añadir que las temperaturas altas hacen que el conductor no sea capaz de percibir el 35 de los estímulos que le rodean y, por lo tanto, tiene una mayor dificultad para interpretar señales. A partir de los 30ºC, la pérdida es del 10% de la atención y cuando se llega a 35ºC, los efectos sufridos serían similares a los de circular bajo los efectos del alcohol con una tasa de 0,5 g/l sangre. Además, el calor puede agravar los síntomas de ciertas enfermedades.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que un calor excesivo puede provocar que el conductor u otros pasajeros sufran un golpe de calor. Esto se produce cuando el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se va incrementando rápidamente y que puede incluso llegar a alcanzar los 40,6ºC. Entre los síntomas de un golpe de calor se encuentran el calor, sequedad y piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, confusión y pérdida de conciencia.