Anticipación al riesgo para evitar un accidente de tráfico ¿se puede conseguir?
Podemos decir que anticipación y conducción preventiva van de la mano. ¿Se pueden anticipar los hechos para evitar un accidente de tráfico? Precisamente, la conducción preventiva se basa en la visión, la anticipación y el espacio. Anticiparte a los hechos puede marcar la diferencia entre tener un siniestro de tráfico o evitarlo gracias a nuestra pericia al volante.
Muchas son las empresas que ofrecen cursos de conducción preventiva donde precisamente se trabaja la anticipación al riesgo. Y es que podemos decir que los accidentes son evitables y muchos de ellos previsibles. Así, por ejemplo, podremos prever que algún conductor pueda saltarse el semáforo que acaba de ponerse en rojo en una intersección. Lo más seguro es esperar unos segundos antes de ponernos en marcha. Hay que salir con precaución y sin prisas. Es una forma de anticiparse a aquello que puede suceder.
La clave está en ponerse en aquello que puede llegar a suceder y que es algo cotidiano en el tráfico diario como puede ser un niño que cruza mal cerca de un colegio (para lo que debemos reducir la velocidad de manera considerable cuando circulamos por estas zonas) o un motorista que adelanta haciendo zig zags (tenemos que reducir la velocidad y evitar los puntos muertos para no perderle de vista).
El grado de anticipación de un conductor en una situación concreta está influenciado por numerosos factores como la situación del momento, la experiencia del conductor, la pericia, el nivel de seguridad, riesgo que asume el conductor, la percepción del riesgo… Esto es lo que marca la diferencia entre un conductor capaz de anticiparse al riesgo y aquél que no lo hace: ante un estímulo, reacciona inmediatamente y se anticipa con su respuesta evitando así un posible accidente.
El tiempo de reacción del ser humano gira en torno a 1 segundo, es el tiempo que se tarda en recoger la información, procesarla y actuar en consecuencia. Por ello, para poder controlar la anticipación al riesgo es primordial poder controlar estos tres procesos. Debemos evitar pensar que todos los conductores van a reaccionar igual ante un riesgo, se debe desconfiar.
Otro elemento importante es la visibilidad. Es muy importante que el resto de usuarios perciban nuestra presencia en la carretera. La visibilidad debe ir acompañada de una reducción de la velocidad. Hay que tener en cuenta que el tiempo que tardemos en reaccionar será tiempo en el que el coche continuará en marcha. Si vamos a una velocidad reducida, podremos detener el vehículo a tiempo.
Todo debe ir encaminado al tiempo de reacción, es el tiempo que transcurre entre que recibimos la información, la procesamos y actuamos. El tiempo de reacción es vital y puede resultar clave a la hora de evitar un siniestro de tráfico.