Semana Mundial de la Seguridad Vial: Calles para la Vida
¿Cómo serán las ciudades del futuro? ¿Tendrán nuevos límites de velocidad? ¿Sabremos respetarnos y compartir el espacio en nuestras calles? ¿Habrá un mayor uso de medios de transporte sostenibles? ¿Seguirá habiendo siniestros de tráfico? A todos nos gusta imaginar un futuro en el que la siniestralidad cero predomine en todas las ciudades y, por supuesto, que no sea muy lejano. Con motivo de la Semana Mundial de la Seguridad Vial, que se celebra del 17 al 23 de mayo, se quiere invitar a la sociedad a repensar cómo deben ser las ciudades o cómo nos gustarían que fueran. Y es que las calles son para vivirlas, disfrutarlas con total seguridad y respeto hacia todos los usuarios.
Ciudades más calmadas, donde todos los usuarios tengan su espacio, donde los más pequeños puedan moverse con seguridad y donde los siniestros viales de tráfico y sus consecuencias sean cosa del pasado. Debemos pensar en el mundo que queremos y cómo podemos conseguirlo. La Semana Mundial de la Seguridad Vial es el momento más indicado para reflexionar sobre qué medidas tomar para hacerlo realidad.
Sin duda alguna, reducir los límites máximos de velocidad en las ciudades es uno de los grandes pasos. ¿ Sabías que aumentar la velocidad en un 1 km/hora supone incrementar el riesgo de sufrir un siniestro de tráfico en un 3%? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), además, crece entre un 4% y un 5% la cifra de fallecidos. Por lo tanto, ante un impacto a velocidades superiores a los 30 km/h, el riesgo de morir de un peatón aumenta considerablemente y ese aumento es incluso mayor en el caso de los jóvenes y los ancianos.
Por todo ello, se fomenta el límite 30 km/h en las vías urbanas, para garantizar la protección de todos y cada uno de los usuarios. Y es que no sólo se mejora la seguridad vial, también disminuye la contaminación acústica y las ciudades se vuelven más calmadas.
Hay que destacar que esta semana también se lanza de manera oficial la Década de Acción por la Seguridad vial 2021-2030 y su plan mundial, que está alineado con la Declaración de Estocolmo.
¿Conseguiremos reducir a la mitad el número de fallecidos y heridos en las carreteras en el año 2030? El reto está plasmado y la ruta establecida. Se debe fomentar un transporte más sostenible, promover los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público, abogar por la educación vial desde que la infancia para que, en el futuro, los adultos sean conductores y usuarios responsables, establecer una normativa coherente y garantizar que se cumpla, diseñar las ciudades pensando en los usuarios, ofrecer una rápida atención al lugar del siniestro y, en definitiva, promover una movilidad más segura, sana y sostenible. Una movilidad que nos acerque al Objetivo Cero fallecidos y heridos graves para el año 2050. Una movilidad más respetuosa y responsable que ponga el foco en las personas y su seguridad.