¿Cómo conducir si hay hielo en la carretera?
Con las bajas temperaturas propias del invierno y las condiciones climáticas adversas, es frecuente encontrarse con placas de hielo en el asfalto, sobre todo si ha llovido o ha nevado y hace mucho frío. En estas circunstancias es importante seguir una serie de recomendaciones al volante, siendo la precaución y la anticipación dos puntos fundamentales. En todo momento hay que ser precavidos, tanto antes de coger el coche para planificar la ruta, como durante la conducción. Igualmente, hay que procurar adelantarse a los acontecimientos y no conducir si el tiempo no lo permite. Estar alerta es primordial, sobre todo si la temperatura desciende por debajo de 3ºC.
El hielo en la carretera disminuye la adherencia y la calzada se vuelve resbaladiza. Por ello, hay que evitar en la medida de lo posible pasar por encima de las placas de hielo, en las que la adherencia es menor que sobre nieve. En muchas ocasiones, es casi imposible mantener el control del vehículo, por lo que siempre que se pueda hay que evitar la situación de riesgo y no circular por esas superficies heladas.
Además, las placas de hielo no son siempre visibles a primera vista y es muy difícil detectarlas. Se suelen producir en zonas en sombra, resguardadas, con alta humedad u orientadas al norte. El momento del día también es muy importante, ya que durante la noche y el amanecer bajan todavía más las temperaturas y hay más posibilidades de encontrarse con heladas. Por supuesto, también son más frecuentes cuanto más al norte y en zonas de montaña. Ten en cuenta que cualquier punto de la carretera donde haya agua, ésta puede estar helada.
En este sentido, es recomendable seguir las rodadas de otros vehículos y evitar movimientos bruscos del volante. Por supuesto, no se deben realizar acelerones ni frenazos bruscos. Lo más seguro es realizar una conducción suave, tranquila y firme.
Es fundamental sujetar el volante con ambas manos para no perder el control de la dirección del vehículo. Si esto ocurre, reduce la velocidad lentamente todo lo posible e intenta mantener la trayectoria. No se debe frenar ni realizar ninguna maniobra brusca. Ten en cuenta que otros conductores pueden estar en tu misma situación y, por lo tanto, pueden haber perdido también el control del coche. Procura ir haciéndote con el control del vehículo hasta que hayas pasado por la situación de riesgo y dejado atrás la placa de hielo.
En estas circunstancias, hay que reducir la velocidad y adaptarla a las condiciones de la vía. Si hay muchas placas de hielo en la carretera, procura ir a una velocidad baja y aumenta la distancia de seguridad con el vehículo de delante, más de lo que lo harías habitualmente. Si tu coche tiene el cambio manual utiliza la marcha más larga que te sea posible, y el freno motor para reducir la velocidad. Si tu automóvil es automático, en ocasiones se ofrece una opción de ‘modo hielo’ donde las machas se ajustan a las circunstancias de la vía para conseguir una mayor tracción.
Por último, hay que incidir en lo importante que es contar con unos neumáticos en buen estado que no estén desgastados y que lleven la presión correcta. En muchos casos, la nieve y el hielo van de la mano y puede ser necesario circular con cadenas o neumáticos de invierno. Aquí resolvemos todas las dudas al respecto.
Con bajas temperaturas, aumenta la precaución, y conduce de forma suave y precavida.