¿Cómo detectar un fallo en los frenos del coche?
Un fallo en los frenos se detecta fácilmente con un poco de práctica. Normalmente, los frenos pueden fallar debido al desgaste normal de las diferentes piezas, como las pastillas de freno, los discos, problemas de deterioro del líquido de frenos, y multitud de otras pequeñas causas. Es muy raro, y por raro entendemos infrecuente, que de repente nos quedemos sin el 100% de la capacidad de frenado, sin previo aviso.
Lo que ocurre es que si el fallo es repentino y total, poco podremos hacer para evitar algún tipo de colisión. Sobre este caso podemos hablar en otra ocasión, sobre cómo lidiar con un fallo total de los frenos en plena ruta. De todos modos, el fallo en el sistema de frenado se detecta normalmente gracias a síntomas muy claros que nos deben poner sobre alerta.
¿Dónde está fallando el sistema de frenos?
Cada síntoma que percibamos nos dirá, aproximadamente en algunos casos, de forma más precisa en otros, qué parte del sistema de frenos puede estar fallando. Incluso puede ser que algo que asociemos directamente a un posible problema de frenos nos indique que otro elemento está fallando, por ejemplo la suspensión, o el alineado de las ruedas. Veamos:
Los discos pueden estar fallando o ser defectuosos si:
- el pedal está demasiado duro o nos ofrece excesiva resistencia;
- el pedal vibra al pisarlo (esto también puede ser síntoma de ruedas mal alineadas, mal equilibradas u otros problemas más generales);
- perdemos eficacia de frenado en caliente porque estemos exigiendo demasiado al disco, o al sistema de frenado;
- el vehículo no se mantiene estable en frenada;
- escuchamos un chirrido al frenar, que puede estar causado por defecto en el disco, o por alguna chinita que se haya acomodado en su superficie.
Las pastillas de frenos también nos ofrecen síntomas de su situación defectuosa, o agotada, y algunos de ellos son compartidos con los síntomas de mal estado de los discos, y también del líquido de frenos, como veremos más adelante.
Debemos tener cuidado con las pastillas si:
- el pedal tiene excesivo recorrido. Esto lo podemos comprobar sin más que verificar visualmente el grosor de las pastillas (en el taller);
- el coche vira a un lado al frenar, porque puede deberse a que las pastillas están sucias, manchadas de grasa o líquido de frenos, o bien si están cristalizadas. En caso de tener que cambiarlas, se cambian las pastillas del eje completo;
- las pastillas son de mala calidad y pierden eficacia de frenado en caliente o sufren de fading (algo habitual si abusamos del freno en largas pendientes descendentes);
- de nuevo, si escuchamos un chirrido al frenar podemos tener un problema de pastillas.
El líquido de frenos, y más bien su estado, es una preocupación que, además, coincide con ser uno de los principales defectos de los vehículos en España. Es normal que no nos acordemos de este preciado líquido, ya que también es normal que en las revisiones oficiales se tenga en cuenta su duración. No obstante, debemos verificar su correcto nivel, al igual que lo hacemos con el del aceite del motor.
Todos estos síntomas pueden significar que los frenos no funcionan correctamente. Si detectamos alguna anomalía en la frenada (y las más comunes son pérdida de eficacia, un tacto del pedal que no es el habitual, o vibraciones al pisar el mismo), lo primero que debemos hacer es verificar el estado del sistema en un taller especializado. Con los frenos no se juega.