Cómo manipular la carga con seguridad
La espalda es una de las partes más importantes del cuerpo, porque se encarga de mantenernos erguidos, y porque está involucrada en casi todos los movimientos usuales que realizamos, al menos alguno de sus músculos. Por eso hay que cuidarla, ya que si no le prestamos mucha atención, el día que la cosa falla lo notaremos demasiado, hasta el punto de tener que guardar reposo total, con la consiguiente pérdida de tiempo laboral.
Los dolores de espalda nos pueden incapacitar, pero la mayoría de las veces los sufrimos porque no estamos utilizando correctamente la musculatura de esa zona del cuerpo: nos sentamos en posturas forzadas que nos repercuten en las cervicales y los músculos del cuello, y cogemos carga de una manera inadecuada, sobrecargando músculos inútilmente, mientras no utilizamos los que verdaderamente pueden soportar grandes pesos.
Cómo colocar y recoger la carga sin perjudicar la espalda
La posición natural y más saludable de la espalda es la erguida. Cuando queremos cargar un peso, por ejemplo para colocar carga en la caja del furgón, sacarla de allí, o moverla en el almacén, debemos tener presente una cosa: el mayor trabajo de carga de peso lo deben hacer las piernas.
A la hora de recoger, por ejemplo, una caja del suelo, el procedimiento correcto es como sigue:
- Busca las asas, agarraderas, o el mejor lugar para coger el peso.
- Coloca el objeto de modo que no pueda resbalar, moverse o cambiar el centro de gravedad cuando estés cargándolo, pues si lo hace perjudicará tu espalda.
- Después colocamos los pies lo más cerca posible del objeto, algo separados (más o menos la distancia entre los hombros) y en dirección al objeto.
- Con la espalda recta y vertical, extenderemos las manos hacia el lugar que decidimos en el punto, flexionando las rodillas en el proceso de forma que no tengamos que inclinar la espalda. Hacer esto consigue que el peso se vaya a repartir por igual entre ambas piernas, y no que recaiga sobre la espalda.
- La espalda debemos mantenerla recta. Esto significa que la fuerza la haremos con los brazos, para mantener el objeto pegado al cuerpo, y con las piernas, para levantar el cuerpo y la carga. Lo haremos despacio, sin movimientos bruscos.
- Para objetos muy pesados hay que pedir ayuda, y en ese caso los movimientos deben estar totalmente coordinados.
Lógicamente, a la hora de desplazar la carga lo haremos, si es posible, con la ayuda de un carro antes que “a pulso”, y en todo caso, no debemos girar el tronco mientras vamos cargados: giraremos el cuerpo entero. Con carga sobre las manos debemos tener paciencia y no prisa, porque está en juego la salud de la espalda.
Para colocar la carga lo haremos siempre de manera inversa a como la hemos recogido. Esto es importante porque, a pesar de que nos parece que depositar la carga en el suelo no tiene mayor dificultad, los músculos siguen soportando el peso y el esfuerzo del movimiento, y podemos lesionarnos casi más fácilmente que en el caso del levantamiento.