Cuidado con conducir con el sol de frente
Elegir el momento más adecuado para realizar ese viaje tan esperado es más importante de lo que puede parecer en un principio. La planificación es clave, tanto para elegir aquellas rutas más seguras y que mejor se adapten a nuestro viaje y destino, como para establecer el momento más idóneo para iniciar el viaje teniendo en cuenta su duración y momento de llegada. Esto es especialmente relevante durante el verano, cuando hay más horas de sol, y éste puede interferir más en nuestra visión.
Y es que no es lo mismo iniciar el trayecto a primera hora de la mañana, que a mediodía o a última hora de la tarde. Planificar bien el trayecto también supone evitar en gran medida las circunstancias o momentos que más nos pueden incomodar o que pueden comprometer nuestra conducción y seguridad.
Así, por un lado, es importante evitar conducir durante las horas de más calor para conseguir que el conductor y los pasajeros estén cómodos durante el trayecto. Además, hay que tener en cuenta que el calor favorece la aparición de fatiga y de somnolencia, y hace que los reflejos se vean mermados hasta un punto en el que aumenta peligrosamente el tiempo de reacción ante imprevistos.
A esto hay que añadir uno de los factores más importantes: cómo el sol puede interferir en nuestra visión. Conducir con el sol de frente durante mucho tiempo provoca en el conductor fatiga visual y que no vea correctamente, con el riesgo que eso supone. En muchos casos, el conductor incluso se ve obligado a conducir con los ojos medio cerrados. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la información del tráfico se recibe a través de la vista y que ésta debe estar al 100%.
Con todo ello, se recomienda evitar conducir durante la salida y puesta del sol, es decir, al amanecer y al atardecer, así como en las horas de más calor (habitualmente entre las 13 y 17 horas). También es recomendable elegir aquellas vías más adecuadas para ello, es decir, es importante no conducir con el sol de frente, y si no se puede evitar, es preferible detener el vehículo y esperar a que el sol deje de incidir directamente sobre nuestros ojos. También hay que tener en cuenta que el sol puede deslumbrarnos cuando salimos de una zona sombreada, como puede ser un túnel y, de repente, salimos al exterior.
Por supuesto, hay elementos que nos pueden ayudar como el uso de gafas de sol o un parasol. Si utilizamos unas gafas de sol adecuadas podemos evitar esos destellos tan molestos que ponen en riesgo la seguridad de todos los pasajeros e incluso la del resto de usuarios de la vía.
Así deben ser las gafas de sol más adecuadas para conducir
Es primordial que las gafas de sol que utilicemos sean homologadas y cuenten con el sello de la Comunidad Europea (CE), con filtro solar y preferiblemente polarizadas. Los cristales polarizados reducen los deslumbramientos, ya que desvían parte de los rayos de luz que, de otro modo, irían directamente a los ojos. Al tener mejores filtros eliminan los brillos y ofrecen un mayor contraste en carretera, pero suelen ser más caras.
Por supuesto, es importante que las gafas estén limpias. Si están sucias, la visión será peor en cualquier circunstancia.
A la hora de elegir una gafa de sol debemos tener en cuenta, por un lado, que se adapten bien a la cara: que se ajusten bien, que no se caigan con facilidad… También es importante graduar las gafas si se tiene algún problema de visión, como miopía o astigmatismo, a no ser que se lleven lentillas. Es un punto muy relevante a tener en cuenta ya que no todas las gafas de sol se pueden graduar.
En lo que respecta al color del cristal, a la hora de conducir se recomienda el gris, ya que ofrece un mejor contraste y altera menos los colores del entorno, lo que permitirá distinguir correctamente los colores de los semáforos, las señales…
En cuanto a niveles de filtro, los expertos indican que el filtro 3 es el idóneo para los conductores, especialmente para las zonas de alta montaña y la playa, mientras que el filtro 2 se recomienda para otoño e invierno. El filtro 4 está totalmente desaconsejado para la conducción, ya que es para una luminosidad solar extrema.
En todo caso, lo más recomendable es acudir a una óptica especializada donde nos puedan aconsejar qué gafa es la más idónea según nuestras necesidades y uso que se le va a dar.