Conductor novel y furgoneta, un binomio compatible
El dossier de Fundación MAPFRE “La seguridad de las furgonetas: situación actual y propuestas de acción” pone el acento, entre otros aspectos, en la edad del conductor de los vehículos comerciales ligeros, siendo mayor el riesgo vial del conductor cuando aún no ha cumplido los 26 años. Por debajo de esa edad, el conductor de furgonetas tiene un riesgo de sufrir un siniestro con terceras partes implicadas que es un 72% superior al riesgo al que está expuesto un conductor mayor de 30 años.Teniendo en cuenta que la obtención del permiso de conducir B se lleva a cabo normalmente sin hacer un especial hincapié en las particularidades que presentan las furgonetas y que las diferencian de los turismos, vale la pena que la Prevención de Riesgos Laborales contemple la formación de los trabajadores en este aspecto, especialmente si se trata de conductores jóvenes e incluso noveles. Los temas a abordar deberían incluir, por lo menos, los siguientes apartados:
Diferentes dimensiones
Conducir una furgoneta supone conducir un vehículo de dimensiones mucho mayores a las de un turismo. Dependiendo de las dimensiones de la furgoneta, puede ser necesario practicar de forma específica y en vías sin tráfico determinadas maniobras, como giros en calles estrechas y estacionamientos, atendiendo a:
- La longitud del vehículo, en cuanto a retraso del momento de giro para evitar tocar con el lateral en vértices tales como bordillos o farolas al cambiar de dirección.
- La longitud del vehículo, en cuanto a maniobras tipo “T” para efectuar algunos movimientos concretos (avanzar, retroceder y volver a avanzar, adaptando el grado de giro del sistema de dirección, para acometer un giro cerrado).
- La longitud del vehículo, en cuanto a estacionamientos en cordón y en batería, poniendo atención a mantener en todo momento separaciones laterales adecuadas con el resto de elementos de la vía, a modo de márgenes de seguridad.
- La anchura del vehículo, en relación con el paso por calles estrechas, con especial atención a los espejos retrovisores de los vehículos que están estacionados a ambos lados.
- La altura del vehículo, en relación con el paso por lugares donde existen balcones o marquesinas que por su escasa altura puedan suponer un escenario de riesgo.
- La necesidad de apearse del vehículo para efectuar comprobaciones de seguridad, siempre que se estime necesario. Y en caso de duda, siempre.
Diferente perspectiva
Debido a la mayor altura que habitualmente tienen las furgonetas, la perspectiva del conductor cambia respecto a la que tiene a bordo de la mayoría de turismos. Esto, en principio, beneficia la visibilidad de que dispone el conductor, pero esta diferencia de perspectiva también implica algunos puntos críticos que conviene tener en cuenta, como por ejemplo:
- Aunque una mayor altura nos permite ver mejor a lo lejos y anticipar nuestros movimientos, no debemos descuidar lo que sucede en nuestras proximidades, entre otros motivos porque el volumen de nuestro vehículo lo hace extremadamente peligroso para otros usuarios de la vía, tales como peatones, ciclistas y motoristas.
- La diferencia de perspectiva nos puede llevar a ver peor la parte frontolateral de la furgoneta, el punto ciego que queda oculto por los pilares A del vehículo y que puede ocultar peatones que se acercan para cruzar la calle.
- Obviamente la ausencia de visibilidad a través del espejo retrovisor interior nos impide ver buena parte de lo que tenemos tras el vehículo, por lo que conviene incrementar la visión por los espejos laterales y tener siempre muy presente que nuestro ángulo muerto equivale a toda la zona trasera del vehículo.
Diferentes comportamientos dinámicos
Una masa diferente, un reparto de masas diferente, una altura diferente, son algunos de los elementos que hacen que el comportamiento dinámico de una furgoneta sea muy diferente al que presenta un turismo. Aunque en el apartado de confort los habitáculos de las furgonetas se parezcan cada día más a los de los turismos, a efectos prácticos siguen existiendo diferencias fundamentales a la hora de conducirlos.
- Con una mayor masa, el vehículo acelera de forma más lenta y también cuesta mayor esfuerzo frenarlo. Conviene tenerlo en cuenta tanto cuando reanudamos la marcha, por ejemplo al acceder a una rotonda, como cuando calculamos la distancia que dejamos con el vehículo que circula por delante de la furgoneta.
- Debido a la mayor altura a la que se sitúa su centro de gravedad se debe ser especialmente cuidadosos al negociar curvas y prestar especial cuidado en la inmovilización y anclaje de la carga.
- Con un reparto de masas desigual entre la parte anterior y posterior del vehículo, este desequilibrio puede propiciar que el vehículo derrape e incluso vuelque si somos bruscos, especialmente si nuestra carga implica que haya un gran peso en altura.
- En general, una regla de oro para adaptarnos a las particularidades dinámicas de una furgoneta consiste en practicar conducción preventiva de forma sistemática. Observar de forma envolvente, sin concentrar la mirada en ningún punto concreto, prever de forma proactiva los posibles riesgos, tener en cuenta las dimensiones y la masa del vehículo para determinar el uso del espacio que nos rodea, cuando conducimos turismos es una buena manera de evitar un siniestro vial, y cuando conducimos furgonetas es una necesidad absolutamente primordial.