Consejos para evitar que tu vehículo sufra este verano
Las altas temperaturas, el mayor número de horas de sol, la arena y el salitre propios de las zonas de playa, los desplazamientos por caminos en malas condiciones o sin asfaltar, largos kilómetros recorridos… El vehículo se ve sometido a un gran esfuerzo durante el verano. Conoce qué medidas de precaución puedes poner en práctica para que no se resienta.
La revisión frecuente de los principales elementos de seguridad como son neumáticos, frenos, baterías o líquidos es muy importante para garantizar que el vehículo no se vea afectado durante el verano.
¿Sabías que el calor puede afectar a la batería? Se trata de un elemento muy sensible a los cambios bruscos de temperatura. Si se superan los 20º se puede acelerar su envejecimiento.
El calor también afecta a la presión de los neumáticos y a su estado. Un exceso de calor, sumado a un asfalto muy caliente, puede provocar un desgaste prematuro. A esto hay que añadir que solemos llevar el vehículo a zonas de playa (mar, ríos, embalses, etc.), lo que nos obliga a circular por zonas de tierra y arena, donde es más probable sufrir un pinchazo. También suele ocurrir que permanezcan mucho tiempo sin rodar, lo que puede producir deformaciones de los neumáticos ya que son unas zonas determinadas las que soportan todo el peso del vehículo. Revisa la presión, el dibujo y el buen estado de los neumáticos con frecuencia y, sobre todo, antes de un desplazamiento largo.
Respecto a los líquidos, se recomienda revisar el líquido refrigerante, nivel de aceite, líquido de frenos, líquido de la dirección asistida (si es hidráulica), y limpiaparabrisas.
El sistema eléctrico también se puede ver dañado por la humedad si se vive o se circula mucho tiempo en zonas costeras o cerca de ríos o lagos. Pueden surgir problemas con el alternador, el motor de arranque… Esto mismo ocurre con elementos como correas o los latiguillos de los frenos, que se deterioran más rápido con la humedad.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que durante el verano los coches suelen acabar llenos de arena, sobre todo cuando están próximos al mar o cuando se utilizan para ir a la playa. A nivel externo, la arena puede dañar a la pintura del coche, los cristales e incluso a los faros. Por su parte, el salitre que se encuentra en el mar y, por lo tanto, en la brisa, favorece la corrosión de aquellos elementos metálicos que no estén debidamente protegidos, por lo que hay que estar muy pendientes del aspecto del motor y, especialmente, de los bajos del coche.
Teniendo todos estos factores en cuenta, se recomienda realizar una revisión frecuente de los principales elementos de seguridad. También es aconsejable estacionar el vehículo en lugares apartados de la playa, sobre todo si va a permanecer mucho tiempo sin moverse. La mejor opción es estacionar el automóvil en un garaje o zona techada. Otra buena opción es taparlo con una funda por completo si no se va a mover.
También se aconseja arrancar el vehículo y moverlo unos kilómetros cada cierto tiempo para evitar la deformación de los neumáticos y fallos en la batería. Igualmente, se recomienda realizar periódicamente una limpieza en profundidad del vehículo, tanto del interior como del exterior. Hay que aspirar el coche para eliminar toda la arena que pueda haber en el interior y para ello se debe utilizar un aspirador potente. Utilizar fundas en los asientos es una buena opción para evitar daños en la tapicería, sobre todo si se usa el coche frecuentemente para ir a la playa.
Si la carrocería tiene mucho polvo, arena o barro, antes de la limpieza se debe usar una manguera de agua a presión para eliminarlos, y así evitar arañazos en la chapa o en los cristales.
Respecto a la conducción, hay que ser precavidos, respetuosos con el resto de usuarios de la vía, y cumplir siempre con las normas de circulación. Durante el verano se incrementa el número de usuarios de bicicletas, patinetes, ciclomotores y motos. A esto hay que añadir que se conduce más por zonas de playa con alta presencia de peatones, sobre todo, niños.
También incidir en la importancia de no conducir si se ha consumido alcohol u otras drogas. Durante el verano es frecuente disfrutar de las terrazas y los chiringuitos, pero si se va a conducir, la tasa más segura es la 0,0.