Consejos para incrementar la seguridad vial en las PYMES
Actualmente hay más de 2.800.000 pequeñas y medianas empresas en España, según datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Una cifra que ha ido en descenso por la actual situación de crisis ocasionada por la COVID-19. Pero, además, debemos tener en cuenta otra gran pandemia: los siniestros de tráfico y, en este caso, aquellos ocurridos en el entorno laboral.
Las PYMES representan más del 90% del total de empresas del mundo, generan entre el 60% y el 70% del empleo, y son responsables del 50% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, según el Consejo Internacional para la Pequeña Empresa.
Muchas de estas empresas basan su actividad en la movilidad, pero las restricciones por la pandemia han limitado enormemente esos desplazamientos. Sin embargo, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) remarca que del total de 435.342 siniestros en el ejercicio de su actividad de autónomos en 2020, los de tráfico suponen el 18,5% del total.
Seguridad vial para las pequeñas empresas
La seguridad vial no es sólo una cuestión de las pequeñas empresas, pero sí es cierto que su actividad puede verse más afectada que la de las grandes si uno o varios de sus empleados sufren un siniestro vial. Por eso las PYMES y los autónomos deben, si cabe, ser más escrupulosas con la prevención y seguir estos consejos:
- Cumplir siempre con la normativa de circulación y de prevención de riesgos laborales.
- Mantener adecuadamente los vehículos (flotas y vehículos de empresa) con el objetivo de detectar posibles anomalías y poder solucionar los problemas. Un vehículo con un adecuado mantenimiento es un vehículo seguro.
- Planificar los desplazamientos, eligiendo las rutas más seguras, rutas alternativas, estableciendo periodos de descanso y lugares para realizar ese descanso.
- Formar a los conductores de manera continuada, tanto para reforzar aptitudes como conocimientos.
- Vigilar el estado de salud de los trabajadores con revisiones médicas periódicas.
- Fomentar un estilo de conducción tranquilo y responsable.
- Renovar periódicamente la flota de vehículos. Cuanto más nuevos son los vehículos, más sistemas de seguridad incorporan, por lo que ofrecen una mayor protección. Aquí es importante valorar la incorporación de tecnologías ADAS.
- Evitar desplazamientos innecesarios y fomentar medios de transporte sostenibles.
- Transportar la carga debidamente fijada y separada de los pasajeros. Las tareas de carga y descarga se deben realizar en lugares seguros.
- Fomentar buenas prácticas durante la conducción, como no manipular el GPS o no atender el teléfono móvil.
- Proporcionar a los empleados, en la medida de lo posible, el equipamiento y la vestimenta adecuada para la conducción: calzado, ropa transpirable y cómoda, ropa reforzada y con elementos reflectantes para ciclistas y motoristas, casco de protección, etc.
- Elaborar un plan de movilidad donde se recojan todos los modelos de acceso a las instalaciones, tanto a nivel profesional como a nivel personal, y en el que se evalúen los riesgos y se ofrezcan soluciones de movilidad segura.
- Establecer protocolos de seguridad, tanto en las instalaciones como en el acceso y salida a la empresa.
- Ofrecer formación y cursos de conducción para condiciones climáticas adversas, para que el trabajador pueda enfrentarse de manera segura a la lluvia, al hielo, a la nieve o al viento.