Consejos para quienes pasan muchas horas trabajando al volante en verano
¿Pasas buena parte de tu jornada laboral en la carretera? ¿Trabajas también durante el verano? Si es así, debes tener en cuenta que el calor puede afectar a tu capacidad para conducir y, por ello, debes poner en práctica una serie de recomendaciones muy útiles para evitar golpes de calor, somnolencia o fatiga durante la conducción. Aunque no lo creas, nadie está exento de ello.
¿Sabías qué por encima de los 24ºC las capacidades de respuesta de una persona empiezan a verse afectadas? Respuestas más lentas a los estímulos, no se reacciona a tiempo ante imprevistos, hay más posibilidades de cometer errores, pérdida de atención y concentración… Además, el riesgo de que aparezca la fatiga aumenta cuando la temperatura se dispara. Si esto ocurre, el conductor tiene más dificultad para concentrarse y empieza a realizar maniobras de manera casi inconsciente, percibe peor las señales, las luces, los sonidos, y calcula peor las distancias.
Además, pueden aparecer mareos, náuseas, desmayos e incluso un golpe de calor en plena conducción, algo extremadamente peligroso. Esto ocurre cuando el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se incrementa rápidamente. Entre los síntomas de un golpe de calor encontramos: fuerte sensación de calor, sequedad, piel roja, pulso acelerado, dolor de cabeza, confusión y pérdida de consciencia.
Y es que las altas temperaturas nos afectan a todos en mayor o menor medida. De ahí la importancia de saber qué medidas pueden ayudarnos a paliar sus efectos durante la conducción:
-En primer lugar, intenta que la temperatura del interior del habitáculo sea la óptima. Utiliza el aire acondicionado o el climatizador para mantener una temperatura de entre 21 y 22 ºC.
-Procura estacionar el vehículo en un lugar a la sombra, preferiblemente cerrado y ventilado. La diferencia de temperatura en el interior de un coche aparcado al sol o la sombra puede ser de hasta 30 ºC en un día de verano.
-Si no has tenido más remedio que estacionar el vehículo al sol, antes de ponerte en marcha baja las ventanillas, enciende el climatizador y espera fuera unos minutos hasta que el habitáculo se haya refrescado lo suficiente. Una temperatura de 20 grados en el exterior puede convertirse en 40 grados en el interior del vehículo.
-Utiliza parasoles, sobre todo en el parabrisas delantero, para reducir la temperatura del salpicadero. Ten en cuenta que dejar las ventanas un poco abiertas apenas reduce la temperatura en el interior. Procura que el parasol sea de un material que refleje el calor. Si el vehículo dispone de cortinillas, déjalas puestas. Todo suma para tapar la entrada del sol.
–Elementos como el salpicadero, el volante o la palanca del cambio de marchas pueden alcanzar temperaturas cercanas a los 80 ºC si les da el sol. Ten cuidado al tocarlos, podrían provocarte una quemadura en la piel.
–Mantente hidratado. Procura beber abundante líquido. Evita bebidas azucaradas y, por supuesto, alcohólicas.
–Utiliza ropa ligera y cómoda para que te proporcione una mejor sensación durante el viaje. Es importante que sea transpirable.
-Si viajas moto, ciclomotor o bicicleta, recuerda que el casco es un elemento de seguridad muy importante que no debes obviar por mucho calor que haga. Haz descansos con frecuencia para poder refrescarte, hidratarte y descansar.
-Usa ropa reforzada y apropiada para el verano cuando trabajes sobre dos ruedas. Recuerda que en caso de caída, no hay chasis que te proteja.
–Cuidado con los cambios bruscos de temperatura. Pasar del calor al frio, o al revés, puede provocar problemas físicos más o menos graves, dependiendo de la sensibilidad de cada persona. Evita la exposición directa al chorro del aire acondicionado o climatizador.
–Evita conducir en las horas de más calor. Si no te es posible, pon en práctica las medidas que estamos enumerando.
-Utiliza gafas de sol polarizadas para evitar destellos y que el sol interfiera en tu visibilidad.
-Procura llevar una alimentación ligera y evita comidas con muchas grasas.
-Por supuesto, es muy importante descansar ante el más mínimo signo de cansancio. Como norma general, para cada 200 km o cada 2 horas para hidratarte, refrescarte, y airear el vehículo.
En verano no dejes de lado la precaución y la seguridad. Todo lo contrario, sé cauteloso y recuerda que el calor puede afectar a tu capacidad para conducir.