¿Contribuyes con tu movilidad a cuidar del clima?
¿Has cambiado tu coche de gasolina o diésel por otras energías alternativas? ¿Utilizas la bicicleta o el transporte público en tu día a día? Reducir nuestro impacto sobre el planeta a través de una movilidad “3S”, es decir, más segura, sana y sostenible es posible. Con motivo del Día Mundial del Clima que se conmemora cada 26 de marzo, tratamos de abordar cómo podemos contribuir a reducir el cambio climático a través de nuestros desplazamientos.
El Día Mundial del Clima nació en 1992 en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático con el objetivo de generar conciencia y sensibilizar sobre la importancia e influencia del clima, así como el impacto del cambio climático sobre el ser humano. El Acuerdo de París establece el marco global de lucha contra el cambio climático a partir de 2020, y marca como objetivo evitar que el incremento de la temperatura media global supere los 2ºC respecto a los niveles preindustriales. También promueve esfuerzos adicionales que hagan posible que el calentamiento global no supere los 1,5ºC.
Debemos tener en cuenta que el transporte es una fuente reseñable de contaminación atmosférica, especialmente en las ciudades. Los coches, las furgonetas, las motos, los camiones y los autobuses producen más del 70 % de las emisiones totales de gases de efecto invernadero procedentes del transporte, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, por lo que cambiar la forma en la que nos movemos es clave para reducir nuestro impacto sobre el planeta.
¿Cómo ayudar a una movilidad más sostenible?
-Vehículos eléctricos, híbridos, de gas natural (GNC/GNL), gas licuado de petróleo (GLP)… Renovar nuestro antiguo vehículo por uno menos contaminante y respetuoso con el medioambiente es una buena forma de aportar nuestro granito de arena. Sabemos que no siempre es posible, pero si la economía lo permite es una buena forma de mejorar nuestra movilidad.
Actualmente no hay un cálculo estandarizado de las emisiones que puede emitir un vehículo a lo largo de toda su vida útil, pero se estima que un coche de gasolina de tamaño mediano puede emitir una media de 143 gramos de CO2 por kilómetro mientras que uno eléctrico puede emitir entre un 47% y un 58% menos. Si hablamos de un híbrido enchufable la reducción es de un 36%, según ARVAL.
-Combinar el uso del coche con otros medios de transporte alternativos como los transportes públicos o la bicicleta. En nuestro día a día podemos usar el vehículo privado para aquellos desplazamientos más largos, y pasar al transporte público una vez nos encontremos dentro de la ciudad. Esto está especialmente indicado cuando se vive fuera de la ciudad y, sin embargo, se trabaja dentro del núcleo urbano. Alterna ambas formas de movilidad para reducir el volumen del tráfico en la ciudad y tu huella de CO2.
-Vehículo compartido. Si por necesidad no tienes más remedio que recurrir al coche, puedes pasarte al vehículo compartido o carsharing. Usando un coche compartido fomentas un modelo de ciudad más sostenible y proteges el medioambiente. Recuerda que también existe la modalidad de motosharing.
-Bicicletas y patinetes. ¿Has pensado en ir al trabajo en una bicicleta eléctrica o patinete eléctrico? En el primer caso, hablamos de bicicletas con ayuda al pedaleo y, en el segundo, no es necesario realizar ejercicio físico. En todo caso, son dos formas de desplazamiento perfectas para la ciudad. Por supuesto, siempre cumpliendo con las normas de seguridad y respetando al resto de usuarios.
El mundo ha cambiado y la sociedad también. En Fundación MAPFRE hemos elaborado un Manual de Movilidad 3S con todas las recomendaciones necesarias para el día a día. Recuerda que sea cual sea el medio de desplazamiento que utilices o el tipo de vía por el que te muevas, hazlo de la forma más segura, sana y sostenible posible.