El botiquín, en la oficina y en el coche
En cada centro de trabajo es obligatorio que exista un botiquín de primeros auxilios perfectamente abastecido para ofrecer una asistencia rápida en caso de necesidad. Pero es que además una furgoneta que traslada trabajadores a una obra y permanece con ellos, también necesita contar con un botiquín para cumplir esa función.
Qué llevamos en nuestro botiquín
Nuestro botiquín debe ser de unas medidas que nos permita trasladarlo fácilmente, sobre todo cuando lo llevamos en un vehículo y que por lo tanto, no ocupe demasiado espacio. Además, debe ser lo suficientemente resistente para que su contenido no sufra daños en caso de golpes fortuitos.
En su interior es necesario contar con cierto material sanitario, digamos comodín, que sirve para las contingencias más comunes. Así por ejemplo deberá contener vendajes y apósitos, junto con tijeras y esparadrapo para sujetarlos. También es necesario contar con guantes de vinilo o goma para tratar las heridas sin riesgo de infección, algodón, pinzas y un líquido desinfectante y, por último, una manta térmica para protegerse del frío.
Pero como cada trabajo lleva inherente ciertos riesgos particulares, también deberemos tener en cuenta el tipo de lesiones más común que podemos sufrir y llevar el material sanitario necesario para tratarlas.
Así por ejemplo si trabajamos con fuentes de calor correremos el riesgo de quemaduras. Por lo tanto, una crema específica para cuando sufrimos una será casi imprescindible. De igual forma, si trabajamos en ambientes de polvo o similar que puede introducirse en nuestras mucosas, un pequeño bote de suero puede servirnos para realizar un primer lavado para intentar expulsar cualquier objeto extraño que se nos haya introducido.
No nos olvidaremos tampoco de analgésicos para tratar pequeños dolores, incluso spray calmantes de dolor si hay riesgo de sufrir pequeñas torceduras en dedos, manos o tobillos, etc. Al final es que analicemos junto con nuestro Responsable de Riesgos Laborales cuál es el material más necesario y efectivo.
Y luego, mantengámoslo al día
Pero además no debemos olvidarnos de revisar con cierta frecuencia el contenido del botiquín. Si tomamos la precaución de cuando cogemos por primera vez el botiquín de primeros auxilios de realizar un inventario, nos será mucho más sencillo saber cada vez que lo revisamos (lo ideal es un par de veces al mes) lo que se ha consumido.
Tampoco nos olvidemos de aquellos medicamentos o materiales que tengan fecha de caducidad. Podemos anotar en un lugar visible cuándo deben ser reemplazados para que no se nos olvide. Así mismo, anotar el teléfono de emergencias del lugar donde estamos trabajando (en algunas empresas grandes existe un teléfono propio de primera intervención) y también del responsable al que debemos avisar en caso de accidente nos puede facilitar la tarea en caso de necesitarlo.