Entrevista al Doctor Bonifacio Martín Escurín, secretario general de la Asociación Española de Centros Médico Psicotécnicos, ASECEMP
“Una importante labor de los profesionales de los CRCs es saber comunicar las denegaciones y saber explicar sus causas apropiadamente. Lo más complicado suele ser la expedición de No Apto por causa de deterioro cognitivo en ancianos y de abuso de alcohol u otras sustancias tóxicas en población más joven”, reconoce Bonifacio Martín Escurín, doctor en psicología y secretario general de la Asociación Española de Centros Médico Psicotécnicos, ASECEMP.
¿Deberían los usuarios de patinetes eléctricos pasar por un centro de reconocimiento de conductores? ¿Ha aumentado el número de conductores no aptos para conducir tras la pandemia? ¿Se tiene en cuenta la depresión o la ansiedad a la hora de evaluar al conductor? Abordamos todas estas cuestiones y más en esta entrevista.
Recientemente se ha actualizado el protocolo de exploración médico-psicológica para centros de reconocimiento de conductores, sustituyendo al de 2007. ¿Qué opinión le merece? ¿Echáis algo en falta en el nuevo protocolo?
Se trata de un buen protocolo. Lo que echamos en falta es su publicación en el BOE.
Un conductor puede estar incluso hasta 10 años sin tener que someterse a un reconocimiento médico para seguir conduciendo. Sin embargo, durante este tiempo pueden pasar muchas cosas que pueden afectar a su salud. ¿Consideráis necesario reducirlo?
Los periodos de vigencia que creemos razonables son:
- 10 años hasta los 45 de edad
- 5 años hasta los 65 de edad
- 2 años a partir de los 70 de edad.
Esto para permisos ordinarios (B y Aes), es decir, no profesionales. Los profesionales:
- 5 años hasta los 45 de edad
- 3 años hasta los 65 de edad
- 1 año a partir de los 70 de edad.
Por otra parte, consideramos necesaria una mayor educación sanitaria, que lleve al ciudadano a solicitar revisión si encuentra motivos para ello.
¿Echáis en falta una mayor comunicación entre el médico de familia y el centro de reconocimiento de conductores? Por ejemplo, para que el CRC pudiera consultar el historial médico del futuro conductor…
Eso sería imprescindible para mejorar la calidad del reconocimiento. Es una demanda que reiteradamente realizamos a la Administración desde hace casi dos décadas.
La DGT está planteando la opción de reducir el periodo de renovación del permiso de conducir para las personas más mayores. ¿Qué opinión tiene? ¿Lo ve necesario?
Como ya hemos señalado, efectivamente es oportuna y conveniente una reducción de los periodos de vigencia. A más edad, más problemas de salud. Y parece razonable que, a más edad, mayor frecuencia en las revisiones. De nuevo, se trata de una petición de ASECEMP desde la ampliación de los periodos de vigencia efectuada en 2009.
La pandemia de COVID-19 ha afectado a la salud de muchas personas dejándoles secuelas. ¿Se ha notado esto en los reconocimientos de conductores?
Precisamente, desde ASECEMP realizamos una encuesta tendente a conocer los cambios de hábitos y la influencia del confinamiento y la pandemia en la salud de nuestros conductores. La conclusión es un aumento significativo de la ingesta medicamentosa de ansiolíticos y antidepresivos. Así como un aumento en la ingesta de alcohol y alimentos ricos en grasas saturadas. Por último, señalar, que también hemos observado consecuencias negativas en la salud mental general.
Es evidente que hay un envejecimiento de la población, pero que sigue siendo activa y que, por lo tanto, necesita conducir. ¿Se ha notado un incremento de aquellas medidas encaminadas a reforzar las capacidades que se han ido perdiendo?
El conductor anciano adopta estrategias de conducción para compensar la pérdida de reflejos. Por otra parte, la mejora de la calidad de vida y los avances de la ciencia hacen que el envejecimiento sea más lento y se conserven facultades suficientes para la conducción durante más tiempo.
¿Qué limitaciones o medidas son las que más se implantan cuando el conductor no tiene todas sus capacidades al 100%?
El CRC dispone de diferentes herramientas para paliar las deficiencias: audífono, lentes correctoras, dobles espejos retrovisores, espejo interior panorámico, embrague adaptado, etc…Y también restricciones al tiempo de conducción (por ejemplo, conducción diurna únicamente) o al radio de conducción (por ejemplo, 20, 30, 50km… desde el domicilio del ciudadano). La condición restrictiva más frecuente es el uso de lentes correctoras, que afecta al 40% de la población conductora.
Depresión, ansiedad, estrés…, son problemas que afectan a la capacidad de conducir. ¿Se tienen en cuenta a la hora de pasar el reconocimiento de conductores? ¿De qué forma y cómo puede afectar?
Por supuesto. En el reconocimiento se tienen en cuenta todas las patologías que afectan a la conducción de acuerdo con lo establecido en el Anexo IV del Reglamento General de Conductores. La ingesta de medicación para el tratamiento de esas patologías y su posible influencia en la conducción se valoran exhaustivamente por parte del CRC, que puede llegar a establecer condiciones restrictivas por estas causas, ya que, en algunos casos, los ansiolíticos pueden provocar somnolencia u otras pérdidas de facultades que ponen en riesgo a la propia persona y a los demás usuarios de la vía.
¿Cómo reciben los conductores el “no aprobar” el examen médico? ¿Se muestran comprensivos con el resultado, o todo lo contrario?
Depende mucho del motivo de la denegación. Suele resultar más fácil aceptarla cuando se debe a causas objetivables, como por ejemplo pérdida de la visión. Cuando la pérdida de facultades es de carácter psicológico, por trastorno mental, las reacciones son más complicadas, pues, con frecuencia, no se reconocen enfermos y no aceptan, por tanto, que no reúnen las condiciones psicofísicas requeridas. Una importante labor de los profesionales de los CRCs es saber comunicar las denegaciones y saber explicar sus causas apropiadamente. Lo más complicado suele ser la expedición de No Apto por causa de deterioro cognitivo en ancianos y de abuso de alcohol u otras sustancias tóxicas en población más joven.
¿Reconocen los conductores sus limitaciones derivadas de una patología temporal? ¿Dejan de conducir en ese caso?
Depende de la patología. Si es traumática (por ejemplo, brazo o pierna lesionados) sí son conscientes y, en general, no conducen hasta la resolución del problema. Otra cuestión es el trastorno mental. La primera dificultad y, acaso, la mayor, es que, en muchos casos, el individuo no se reconoce enfermo y, consecuentemente, no adopta medida alguna ni acepta las indicaciones en este sentido. Los trastornos mentales, las tóxico-dependencias, el alcoholismo… se convierten en un grave problema.
La movilidad ha cambiado y han proliferado nuevos vehículos, como bicicletas o patinetes eléctricos. ¿Cree que estos usuarios deberían pasar también por un reconocimiento médico de forma periódica e incluso la necesidad de que se saquen una especie de permiso?
Por supuesto. En nuestro criterio, cada vehículo debiera estar debidamente identificado (las bicicletas lo estuvieron en su día) y cada usuario debiera contar con un seguro de RC (Responsabilidad Civil). Respecto a las condiciones psicofísicas, la cuestión es muy compleja, porque habría que delimitar la edad a partir de la cual se pueden utilizar estos vehículos y no permitir la circulación en espacios públicos a los menores de esa determinada edad. Fijada la edad, sí sería conveniente establecer unas condiciones psicofísicas mínimas y fijar un protocolo exploratorio para su utilización por los CRCs.
¿Ve a los conductores concienciados y conscientes de la importante labor que juegan los centros de reconocimiento de conductores para la seguridad vial?
En absoluto. Acuden con la idea de que compran un acto y de que se trata de un mero trámite administrativo. Una vez reconocidos y dependiendo de cómo les haya ido, el criterio puede cambiar. Hay personas que presentan patologías que no son causa de denegación o de condición restrictiva para la conducción, pero su tratamiento mejora la calidad de vida del ciudadano. Cuando el CRC advierte de esto, el conductor lo agradece. Cuando el CRC encuentra una patología incipiente (las más de las veces) o avanzada, que representa un riesgo grave para la salud del conductor y/o para la seguridad vial, y lo advierte, y es posible su corrección o tratamiento, también obtiene el reconocimiento del ciudadano. ASECEMP lleva mucho tiempo trabajando para intentar mejorar esta deficiente percepción de la opinión pública de la importancia de la labor de los CRCs para la Seguridad Vial. Si es importante pasar la ITV del vehículo, mucho más lo es pasar la “itv” de la persona, teniendo en cuenta que el factor humano (y no la vía o el vehículo) es el causante del 90% de los accidentes de tráfico. Una apropiada campaña de la DGT en este sentido ayudaría mucho al sector y a la Seguridad Vial.