¿Son los controles de drogas fiables?
La Dirección General de Tráfico prevé llegar a los 100.000 controles de drogas en 2018 y a las 150.000 pruebas de drogas en 2019. ¿Son estos controles fiables? Abordamos los diferentes pasos que se llevan a cabo.
Aproximadamente el 1,95% de los europeos han sido detectados conduciendo después de haber consumido drogas, tal y como se dio a conocer con motivo de la jornada “Drogas y Conducción. Protegiendo nuestras vidas”, organizada por Fundación Mapfre y el Consejo Europeo de Seguridad del Transporte (ETSC) en Madrid. A esto hay que añadir que el 43% de los conductores fallecidos en 2016 dio positivo en alcohol, drogas y/o psicofármacos en España. Incrementar el número de controles de drogas se presenta como una de las principales medidas para combatir el número de víctimas que se producen todos los años por este motivo.
Estos controles se puede producir de manera aleatoria, porque el conductor ha cometido una imprudencia o infracción o porque el conductor en cuestión muestra claros signos de conducir bajo los efectos de las drogas.
En primer lugar, se toma una muestra de saliva y se introduce en unos dispositivos especiales. Es la conocida como ‘muestra indiciaria’ y detecta la posible presencia de sustancias ilegales. En caso de que esta muestra dé positivo, se realiza una segunda prueba con otra muestra de saliva. En este caso se trata de la ‘muestra evidencial’. Aquí se detecta el tipo de droga consumida y se cuantifica.
Hay que destacar que el agente valorará los signos externos que presenta el conductor: temblor, sudoración, nerviosismo…signos que, en definitiva, afectan a la conducción y ponen en riesgo la seguridad. Tal y como destaca la revista ‘Tráfico y Seguridad Vial’ de la DGT, los agentes reciben un curso de formación para poder detectar estos signos externos.
Una vez el control de salida ha dado positivo, el conductor puede solicitar una análisis de sangre para contrastar los resultados. Esta prueba se realiza por personal sanitario en un centro hospitalario o de salud. En caso de que el resultado salga positivo, el conductor solicitante debe pagar los gastos. En caso contrario, no. Esta muestra también es enviada al laboratorio.
Hay que destacar que las muestras de saliva y sangre llegan al laboratorio en tubos precintados, dentro de neveras precintadas, en vehículos expresamente dedicados al transporte de muestras biológicas, procedentes de las distintas Unidades de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Tal y como recoge la misma publicación de la DGT, en el laboratorio se comprueba que efectivamente las bridas no han sido abiertas y que las neveras han llegado en buenas condiciones. Se guarda así la cadena de custodia.
Tras esto, se comprueba toda la documentación, se vacía el contenido y se registra la hora y fecha de recepción. Los profesionales escanean las muestras y quedan listas para su análisis. Para ello, se separa la saliva de todas posibles impurezas y pasa a ser procesada en el equipo. Un cromatógrafo de masas y un espectómetro de gases determinan que tipo de droga es la encontrada. Estos dispositivos pueden llegar a detectar hasta 40 tipos de sustancias diferentes.
A continuación, los resultados son revisados uno a uno por personal facultativo especializado y se procede a la firma del informe final para su envío a la Jefatura correspondiente. Este informe se añade al expediente del conductor.
Posteriormente, se puede ir por vía administrativa, en cuyo caso la sanción es de 1.000 euros y la pérdida de 6 puntos, o por vía penal. El Código Penal establece penas de prisión de 3 a 6 meses, o multa de 6 a 12 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.