¿Ha aumentado el consumo de alcohol al volante?
Menor percepción del riesgo, mayor número de infracciones, deterioro de las capacidades y de los sentidos o movimientos más ralentizados son algunos de los efectos del alcohol al volante. No es necesario tener una elevada tasa de alcohol en sangre para que aumenten las posibilidades de sufrir un siniestro en la carretera, ya que sus efectos sobre la capacidad para conducir comienzan desde el primer trago, incluso a niveles muy bajos. Sabemos que lo mejor es no correr riesgos y eliminar completamente el alcohol si se ha de conducir, pero ¿estamos realmente concienciados de ello?, ¿hay un menor número de víctimas por este motivo?
Desde el año 2008 se realizan de forma periódica en España diferentes estudios de prevalencia para determinar el consumo de sustancias psicoactivas en los conductores. Entre estos trabajos se encuentra el estudio DRUID (2008-2009), y diferentes estudios de prevalencia EDAP entre el periodo 2013-2021. Según estos trabajos, la presencia de alcohol en conductores (>0,05 mg/l) pasó de 6,61% en 2008 a 4,51% en 2021. Con estos datos en la mano se podría decir que el consumo de alcohol al volante ha disminuido. Sin embargo, encontramos otros datos que hacen saltar las alarmas sobre su letalidad.
Lo cierto es que el número de controles que se realiza desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha ido creciendo con el paso del tiempo. Así, por ejemplo, durante el año 2021 se realizó un 42% más de pruebas que en 2020. En total, 4.552.163 pruebas de alcohol en aire espirado. De las 3.617.582 pruebas de control preventivas realizadas, el 1,18% resultaron positivas a alcohol.
Si nos fijamos en 2020, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó un total de 3.121.815 pruebas de alcohol en aire espirado. De las 2.453.661 pruebas de control preventivas, el 1,03% dio un resultado positivo a alcohol por encima de los niveles establecidos.
Que el consumo de alcohol al volante provoca siniestros es innegable. Según la DGT, con una tasa de 0,5 gramos de etanol por litro de sangre las posibilidades de tener una colisión se multiplican por dos. Si la tasa es de 0,8 gramos por litro, el riesgo es 5 veces mayor. Desgraciadamente, y pese a las campañas de vigilancia en las carreteras, durante el año 2022 se contabilizaron 3.414 siniestros con víctimas y 264 siniestros mortales en los que el alcohol estuvo presente, según las principales cifras de siniestralidad vial.
Los siniestros mortales en los que el alcohol ha estado presente han ido aumentando año tras año. Mientras que en 2019 se registraron 216 siniestros mortales con positivo en alcohol, en 2021 la cifra ascendió a 254, y a 264 casos en 2022 (no se tienen en cuenta Cataluña ni País Vasco).
Más de la mitad (51,9%) de los conductores fallecidos en carretera en 2022 dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación, según se desprende de la Memoria 2022 de Hallazgos Toxicológicos en Víctimas de Accidente de Tráfico, elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses con la colaboración del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Es un aumento de 2,5 puntos porcentuales sobre el año anterior. Del total de conductores muertos que dieron positivo, el 67,2% correspondió a alcohol, un 38,6 % a drogas, y un 27,7 % a psicofármacos, es decir, al alcohol sigue suponiendo el principal motivo.
La mayoría de los que dieron positivo en alcohol (el 72,6 %) arrojó una tasa muy alta, igual o superior a 1,2 mg/l en aire espirado, cinco veces más de la máxima permitida al volante, y casi la mitad de ellos está en la franja de 25-45 años.
Además, también se constata que hay un repunte de la delincuencia vial. En 2022 se han producido casi 60.000 condenas por delitos de conducción bajo la influencia del alcohol y/o las drogas, la cifra más alta de toda la serie histórica desde la reforma del Código Penal.
Con estos datos en la mano, es importante que ni la sociedad ni las distintas administraciones públicas se relajen en lo que respecta al alcohol y la conducción. Sigue siendo necesario seguir trabajando por y para la seguridad vial, y para que ningún conductor cometa la imprudencia de ponerse al volante después de haber consumido alcohol.de ello?, ¿hay un menor número de víctimas por este motivo?
Desde el año 2008 se realizan de forma periódica en España diferentes estudios de prevalencia para determinar el consumo de sustancias psicoactivas en los conductores. Entre estos trabajos se encuentra el estudio DRUID (2008-2009), y diferentes estudios de prevalencia EDAP entre el periodo 2013-2021. Según estos trabajos, la presencia de alcohol en conductores (>0,05 mg/l) pasó de 6,61% en 2008 a 4,51% en 2021. Con estos datos en la mano se podría decir que el consumo de alcohol al volante ha disminuido. Sin embargo, encontramos otros datos que hacen saltar las alarmas sobre su letalidad.
Lo cierto es que el número de controles que se realiza desde la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil ha ido creciendo con el paso del tiempo. Así, por ejemplo, durante el año 2021 se realizó un 42% más de pruebas que en 2020. En total, 4.552.163 pruebas de alcohol en aire espirado. De las 3.617.582 pruebas de control preventivas realizadas, el 1,18% resultaron positivas a alcohol.
Si nos fijamos en 2020, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó un total de 3.121.815 pruebas de alcohol en aire espirado. De las 2.453.661 pruebas de control preventivas, el 1,03% dio un resultado positivo a alcohol por encima de los niveles establecidos.
Que el consumo de alcohol al volante provoca siniestros es innegable. Según la DGT, con una tasa de 0,5 gramos de etanol por litro de sangre las posibilidades de tener una colisión se multiplican por dos. Si la tasa es de 0,8 gramos por litro, el riesgo es 5 veces mayor. Desgraciadamente, y pese a las campañas de vigilancia en las carreteras, durante el año 2022 se contabilizaron 3.414 siniestros con víctimas y 264 siniestros mortales en los que el alcohol estuvo presente, según las principales cifras de siniestralidad vial.
Los siniestros mortales en los que el alcohol ha estado presente han ido aumentando año tras año. Mientras que en 2019 se registraron 216 siniestros mortales con positivo en alcohol, en 2021 la cifra ascendió a 254, y a 264 casos en 2022 (no se tienen en cuenta Cataluña ni País Vasco).
Más de la mitad (51,9%) de los conductores fallecidos en carretera en 2022 dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos, aisladamente o en combinación, según se desprende de la Memoria 2022 de Hallazgos Toxicológicos en Víctimas de Accidente de Tráfico, elaborada por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses con la colaboración del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Es un aumento de 2,5 puntos porcentuales sobre el año anterior. Del total de conductores muertos que dieron positivo, el 67,2% correspondió a alcohol, un 38,6 % a drogas, y un 27,7 % a psicofármacos, es decir, al alcohol sigue suponiendo el principal motivo.
La mayoría de los que dieron positivo en alcohol (el 72,6 %) arrojó una tasa muy alta, igual o superior a 1,2 mg/l en aire espirado, cinco veces más de la máxima permitida al volante, y casi la mitad de ellos está en la franja de 25-45 años.
Además, también se constata que hay un repunte de la delincuencia vial. En 2022 se han producido casi 60.000 condenas por delitos de conducción bajo la influencia del alcohol y/o las drogas, la cifra más alta de toda la serie histórica desde la reforma del Código Penal.
Con estos datos en la mano, es importante que ni la sociedad ni las distintas administraciones públicas se relajen en lo que respecta al alcohol y la conducción. Sigue siendo necesario seguir trabajando por y para la seguridad vial, y para que ningún conductor cometa la imprudencia de ponerse al volante después de haber consumido alcohol.