Influencia de la ira en los accidentes de tránsito
El último estudio realizado por Prevensis examina la influencia de las emociones en la conducción con el fin de determinar hasta qué punto pueden ser responsables de ocasionar accidentes de tránsito e identificar posibles soluciones a esta problemática. En Fundación MAPFRE consideramos que se trata de una temática muy interesante y por ello os explicamos a continuación las principales conclusiones obtenidas en el estudio.
En el estudio han participado unos 1.000 voluntarios de diferentes ciudades españolas. Los participantes se sometieron a un test de evaluación de su respuesta emocional, su nivel de alerta, atención y conducta al volante. En definitiva, se examinaba su reacción fisiológica ante situaciones rutinarias de tráfico que, mal afrontadas, pueden derivar en accidentes de tránsito.
La conclusión obtenida en el estudio es que el 40% de los conductores se alteran con las incidencias del tráfico y un 24% tiene una alta predisposición a reaccionar con violencia al volante. Es más, solo un 17% de los conductores evaluados indican que son capaces de mantener inalterable su atención en todo momento.
Además, Cristina Esteban, profesora e investigadora del Instituto de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS), de la Universidad de Valencia, señala que son determinadas emociones (enfado, ira, irritación, agresión) las que influyen más directamente en la adopción de comportamientos inseguros y peligrosos al volante. Estas emociones son, por tanto, las que más se deben evitar con el fin de prevenir posibles accidentes de tránsito.
Accidentes de tránsito: repercusión legal por una conducción agresiva
El estudio de Prevensis no sólo examina la influencia de las emociones en la conducción, también analiza cuales son las situaciones que mayor estrés producen a los conductores españoles y su relación con el número de sanciones de tráfico y partes de accidentes de tránsito.
Los resultados del análisis llevado a cabo a este respecto señalan que, por un lado, aquellos conductores que reaccionan con malestar o enfado ante las prisas, las retenciones o la presencia de vehículos lentos multiplican por 2,5 el número de sanciones recibidas y aumentan en un 30% el número de partes de accidentes. Por otro lado, los conductores sin control emocional, quellos competitivos, impacientes, perfeccionistas o intolerantes con los errores de los demás, multiplican por 5 el número de partes de accidentes y por 2 el de sanciones. Estos datos revelan que para este tipo de conductores, la probabilidad de recibir un parte de accidente es de un 90% durante los próximos dos años.
Tal y como señala Pablo Fernández Berrocal, catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga, el motivo por el que estos conductores son más propensos a estar implicados en accidentes de tránsito es que “la ira y las emociones vinculadas con la agresión son de una alta intensidad emocional y disminuyen el rendimiento y la capacidad de reacción del conductor en más de un 30%.”
Accidentes de tránsito: cómo reaccionar ante situaciones de estrés
Existen ciertas situaciones de tráfico que alteran notablemente la actitud de los conductores cuando van al volante. El estudio que ahora resumimos establece qué tipo de situaciones son las que nos ponen de los nervios y nos llevan a situaciones de riesgo personal y ajeno, entre las que destacan: llevar un coche circulando detrás muy pegado (62%), conducir con prisas (37%), que un vehículo intente colarse (36%) y los atascos (35%).
No obstante, la actuación al volante no solo depende de las situaciones de tráfico a las que se enfrentan los conductores, sino que viene determinada por el propioconductor y sus valores, creencias y estilos de vida. Es decir, “conducimos como vivimos.”
Por eso, aunque no podemos controlar el sentimiento que nos provoca cada situación,es posible controlar nuestra reacción emocional. Pablo Fernández Berrocal sugiere ciertas acciones que los conductores pueden poner en práctica para hacer frente de forma adecuada a una situación de estrés al volante. Estas acciones incluyen: reducir la magnitud de la situación que te haga enfadar y afrontarla con humor, esperar unos segundos antes de reaccionar, o relativizar la situación comparándola con momentos peores y combatir la ira con empatía hacia el otro conductor.
En este sentido, el estudio recomienda cambiar el enfoque de las situaciones para ayudarnos a modificar nuestra forma de conducir, pudiendo sustituir una reacción violenta por una actitud responsable al volante.
Desde Fundación MAPFRE valoramos como muy positiva la contribución realizada por este estudio sobre los factores que inciden en la práctica de una conducción segura. Queremos además hacer hincapié en la necesidad de afrontar las situaciones de estrés con paciencia y empatía con el fin de reducir los riesgos asociados y evitar que puedan resultar en accidentes de tránsito. Al final, los perjudicados somos nosotros, aunque haya sido otros los que nos hayan “sacado de nuestras casillas”.