¿Puede la inteligencia artificial contribuir a reducir la siniestralidad vial?
La inteligencia artificial (IA) es una revolución tecnológica que ha llegado para quedarse y que está marcando un antes y un después en todos los ámbitos: en el laboral (con la posible extinción de muchos puestos de trabajo y la creación de otros nuevos), en el entorno económico, en la educación, en el ámbito político y social y, por supuesto, también puede contribuir a que el Objetivo Cero fallecidos y heridos graves en las carreteras sea una realidad próxima. Coches más autónomos e inteligentes, vías más seguras y avanzadas… La tecnología al servicio de la vida.
¿Puede un sistema artificial que es capaz de aprender y tomar decisiones similares a las de los humanos contribuir a la mejora de la seguridad vial? Con la idea de aprovechar al máximo la IA para mejorar el enfoque del sistema seguro y promover todo lo posible los vehículos automatizados, la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNA / RES/74/299) invita a los estados miembros a que alienten e incentiven el desarrollo, la aplicación y la implantación de las tecnologías actuales y futuras, y otras innovaciones para mejorar la accesibilidad y todos los aspectos de la seguridad vial, desde la prevención de siniestros hasta la respuesta a emergencias y la atención de los traumatismos, prestando especial atención a las necesidades de los usuarios más vulnerables, como los peatones, los ciclistas, los motociclistas y los usuarios del transporte público, en lo que respecta a la seguridad.
Y es que la inteligencia artificial puede tener un gran impacto en la predicción de siniestros. Los sistemas en cuestión pueden analizar grandes cantidades de datos e información, y pueden llegar a predecir cuándo y dónde es más probable que ocurran siniestros de tráfico. No obstante, siempre va a haber un factor humano y, por lo tanto, hablamos de probabilidades. Predecir cuándo va a haber más desplazamientos, qué trayectos son más o menos seguros, dónde se pueden producir más siniestros, qué día y en qué horario…, es una información vital que sólo puede ser tratada con IA.
Además, también se producirá un gran avance en este paso hacia el vehículo conectado y autónomo. Se prevé un desarrollo de sistemas avanzados de ayuda a la conducción en vehículos más inteligentes y seguros, que serán capaces de analizar el entorno y tomar decisiones inmediatas según las circunstancias.
En esta línea para conseguir una mejora de la seguridad vial, la IA también puede monitorizar el comportamiento del conductor, analizar patrones de conducta, reacciones, estilo de conducción… En definitiva, la IA Puede determinar si la forma de ponerse al volante es más o menos segura, las posibilidades de sufrir un siniestro, etc.
En lo que se refiere a las carreteras, se puede conseguir una optimización del tráfico analizando los desplazamientos, y se pueden modificar ciertos aspectos de la vía para hacer que sea más segura como, por ejemplo, encendiendo el alumbrado disponible siempre que sea necesario, o facilitando información del estado del tráfico según se requiera… En definitiva, la tecnología al servicio de los diferentes departamentos de Tráfico.
Sin embargo, el acceso desigual a los avances tecnológicos es, sin duda, uno de los principales escollos para que la IA se desarrolle de forma igualitaria en todos los países. Hoy en día son muchas las naciones que no cuentan con información suficiente sobre la movilidad o la siniestralidad que se produce en su territorio, que tienen un peor acceso a vehículos con los últimos sistemas de seguridad, o que no cuentan con una infraestructura adecuada para garantizar la seguridad en las vías.
La IA puede marcas un antes y un después en la seguridad vial pero siempre será necesario que todos vayamos de la mano para conseguir el Objetivo Cero global. Un compromiso mundial para la movilidad segura, sana y sostenible, y para conseguir este importante reto.