Jordi Bordoy, ANESDOR: “Se debería dedicar un plan de seguridad vial específico para las motos”
En España circulan 3,39 millones de motos, escúteres y ciclomotores. Muchos son los retos y objetivos planteados para, por un lado, fomentar su integración en la movilidad y, por otro, seguir trabajando en la reducción de su siniestralidad vial. Hablamos con Jordi Bordoy, presidente de ANESDOR (Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas), quien considera que “la moto juega un papel fundamental en la nueva movilidad, especialmente en el ámbito urbano, y debe tener en los PMUS (Planes de Movilidad Urbana Sostenible) un capítulo propio que recoja un conjunto de indicadores que reflejen el uso y la situación de la moto en la ciudad”.
Alcanzar el Objetivo Cero víctimas en siniestros de tráfico es el gran reto a conseguir en todos los sectores, también en el de las motos. Para lograr este desafío, el presidente de ANESDOR considera que hay que trabajar acorde al concepto de sistema seguro: “necesitamos conductores más seguros, vehículos más seguros, carreteras más seguras y políticas integradoras”.
Así, señala que en el caso de conductores seguros la formación es clave, y no solo la obtención del permiso “sino una formación continua en la que la educación vial y la formación post carnet sean importantes”. Respecto a los vehículos más seguros, apunta que “cada año los fabricantes invierten cifras millonarias en mejorar la seguridad de los vehículos incorporando sistemas ADAS, pero es necesario trabajar en la edad del parque”. En cuanto a contar con carreteras más seguras, Bordoy apunta que en su momento se diseñaron pensando solo para su uso en coche y habría que adaptarlas a usuarios vulnerables, como es el caso particular de la moto.
Y por último, cuando hablamos de políticas integradoras, señala que la seguridad de la moto no es una cuestión solo de los motoristas. “Son muchos los siniestros en moto en los que la responsabilidad es de otros conductores, por lo tanto es necesario fomentar la convivencia y especialmente la protección de los usuarios vulnerables”, afirma.
A la hora de favorecer su presencia en el tráfico y su integración en la movilidad, el presidente de ANESDOR considera fundamental que en los PMUS (Planes de Movilidad Urbana Sostenible) haya un capítulo propio que recoja un conjunto de indicadores que reflejen el uso y la situación de la moto en la ciudad. En este sentido, apunta que “se tendrían que contemplar sus necesidades como uno de los colectivos vulnerables, dedicarle un plan de seguridad vial específico y diseñar su integración en la movilidad implementando medidas específicas – zonas de parada avanzada en semáforos, o zonas de estacionamiento reservadas para moto-. Aplicando estas medidas, la moto contribuye a mejorar la movilidad y a reducir sensiblemente las emisiones del tráfico”.
Apostando por la formación
La formación es clave para mejorar la seguridad vial del colectivo. En este sentido, ¿es necesario llevar a cabo alguna iniciativa para que los conductores del permiso B que tienen más de 3 años del carnet de conducir puedan conducir motocicletas de hasta 125 cc con seguridad? Sobre esto, el presidente de la asociación apunta que el carnet de coche siempre ha permitido conducir motos de prestaciones reducidas, antiguamente eran los ciclomotores y hoy en día son las motos de 125 c.c., que permiten moverse con mayor seguridad por las vías de circunvalación. “Más allá de nociones básicas, los cursos de formación avanzada, que en este sentido está desplegando la DGT, serán una buena opción para los usuarios”.
Desde ANESDOR, como representantes de la industria, su principal responsabilidad es avanzar en la tecnología de los vehículos y en los elementos de protección y equipamiento. Sin embargo, no se quedan ahí. Tal y como señala el presidente de la asociación, “aplicamos un enfoque integral de la seguridad vial y trabajamos en otros ámbitos a través de nuestra marca Vive La Moto creando una comunidad para llegar directamente a los usuarios y ofrecerles diferentes actividades como es la formación post carnet, y otros cursos de conducción que ofrecemos gratuitamente en diferentes enclaves de carretera”.
De hecho, considera que los cursos de Conducción Segura y Eficiente para moto con los que se podrá recuperar puntos son una gran medida que vienen promoviendo desde hace casi una década en Europa con gran éxito. “Este tipo de cursos de conducción son especialmente eficaces en el caso de los usuarios de la moto y si además están incentivados con puntos, será seguro una gran medida. Lo que hace falta es que finalmente llegue al mercado”, remarca.
Un entorno cambiante con la moto eléctrica como uno de los protagonistas
En España circulan 74.705 motos eléctricas. El entorno urbano está cambiando y la moto eléctrica esta ganando terreno. De hecho, alcanzan un 8% de cuota en el mercado actual, que se eleva hasta el 36% en el caso de ciclomotores. “En las motocicletas de carretera, más orientadas a ocio y turismo, la electrificación será más lenta, y es que todavía hay por delante retos tecnológicos que superar”, afirma Jordi Bodoy.
En lo que se refiere a la presencia de otros vehículos de movilidad como patinetes o bicicletas eléctricas, el presidente de ANESDOR reconoce que “el mix del tráfico se está haciendo mucho más variado, con la participación de nuevos tipos de vehículos. Sí debería ser posible una convivencia pacífica y respetuosa, y para eso necesitamos avanzar en la regulación de estos nuevos vehículos para que sea coherente y equilibrada respecto a los vehículos que ya participan en el tráfico”.
Jordi Bordoy señala varias ventajas de la moto y ciclomotor eléctricos frente a esos vehículos de movilidad personal: “La moto como modo de transporte cubre un rango de distancias mayor y permite no solo la movilidad urbana, también al área interurbana. Por otra parte, las motos son vehículos mayores y ofrecen prestaciones de seguridad mucho más altas”.
Respecto al fuerte impulso del motosharing en las ciudades y el reto de ofrecer una mayor seguridad por parte de estas empresas, considera que habría que estudiar la manera de controlar que el usuario hiciera un uso más responsable.
La moto, aliado de trabajadores y empresas
Hay que señalar que el gran crecimiento del e-commerce está haciendo que muchos repartidores se muevan en moto. Al respecto, considera que “la seguridad vial de estos trabajadores en moto debe constituir parte destacada del plan de prevención de riesgos laborales de estas empresas”.
Otro de los grandes riesgos de los motociclistas son los ángulos muertos ante la gran presencia de vehículos de mayor volumen como furgonetas, camiones o autobuses. Un tema sobre el que Jordi Bodoy considera que se debería incidir más. De hecho, apunta que la DGT está llevando a cabo algunas experiencias piloto y es necesario continuar concienciando a los usuarios. No solo a los motoristas, sino al resto de conductores de otros tipos de vehículos.
En esta línea, Tráfico también ha anunciado cursos para trabajadores en moto bonificados por la FUNDAE (la Fundación para la Formación en el Empleo a petición de la DGT ha incluido en su catálogo de cursos bonificados esta materia para que las empresas puedan ofrecérselo a sus trabajadores en moto). El presidente de la asociación opina que es una buena medida y que “el crecimiento del uso de la moto en el ámbito laboral exige que se pongan en marcha este tipo de formaciones a disposición de las empresas”.
Al respecto, considera necesarias otras medidas en el terreno laboral: “las empresas con trabajadores en moto deben dedicar un capítulo destacado del plan de riesgos: controlar el estado de la flota y su seguridad, ofrecer formación necesaria a los trabajadores, también facilitarles un equipamiento de protección adecuado y vigilar el comportamiento adecuado a la hora de usar los vehículos”.
“El airbag es una tecnología prometedora, pero todavía no está suficientemente madura”
Desde la Dirección General de Tráfico indican que el airbag para motoristas va a suponer un antes y un después para la seguridad vial. Sin embargo, el presidente de ANESDOR considera que “falta definir estándares técnicos que permitan certificar la calidad de estos productos y también estudios que nos permitan determinar su comportamiento en diferentes casuísticas, por eso hacerlo obligatorio sería muy prematuro. Lamentablemente, la seguridad de la moto es un tema complejo, y no existen medidas simples que de forma aislada puedan dar la solución a todos los problemas”.
Por último, en lo que respecta a los sistemas ADAS en las motos, Jordi Bodoy reconoce que muchos usuarios sí tienen en cuenta la incorporación de estos sistemas a la hora de elegir un nuevo vehículo de dos ruedas, pero otros no tanto como le gustaría. “Hay que tener en cuenta que en España se venden 2,2 motos usadas por cada moto nueva, y que el 52% de las motos de ocasión vendidas tienen más de 10 años de antigüedad. En España tenemos un parque muy envejecido y sin políticas estructurales que resuelvan esta antigüedad, las tecnologías ADAS tardarán mucho en generalizarse en nuestras calles”, apunta.