La responsabilidad del conductor profesional al volante
Si somos conductores profesionales y llevamos un vehículo de nuestra propiedad, debemos conocer la normativa de circulación que nos atañe tanto en la carretera como en todo lo relacionado con el transporte de la carga o mercancías que llevemos a bordo. Si por el contrario trabajamos por cuenta ajena, debemos también saber el reglamento que tenemos que cumplir y, sobre todo que en la mayoría de los casos, la responsabilidad recae sobre el conductor profesional. Como ya explicamos en su momento en nuestro artículo sobre el estrés del reparto, la combinación entre horarios estrictos y el tráfico puede resultar explosiva. Y si además sufrimos la presión de nuestro jefe o responsable, exigiéndonos que cumplamos con nuestro cometido diario, podemos incurrir en infracciones de tráfico de las cuales seremos los únicos responsables.
Si por ejemplo llevamos una carga indivisible que sobresale del vehículo, comprobar que las medidas son las legales y que la carga va debidamente señalizada.
Será el deber de la empresa que dispongamos de todo el material necesario tanto para anclarla correctamente como para que sea visible por el resto de los conductores, tanto por nuestra seguridad como por la del resto de usuarios de la vía. Y si no es así, debemos hacérselo saber a nuestro responsable ya que una vez en la carretera, si ocurre algo, nosotros seremos los únicos responsables.
Toda acción siempre tiene una consecuencia y en la carretera, ésta puede ser muy grave. Crear una situación de riesgo por una distracción se puede convertir en un accidente en cuestión de segundos y, en muchos casos, podría evitarse.
De igual forma si nuestro vehículo no se encuentra en buen estado y ante cualquier defecto, también debemos hacerlo saber a nuestro responsable. Que no tenga, por ejemplo, la ITV en vigor será responsabilidad de la empresa y en caso de sanción, recaerá sobre ellos. Pero los que ponemos en peligro nuestra vida y la de los demás somos nosotros.
Por el contrario, en el caso de una sanción por una carga mal colocada, una ausencia de señalización, o un exceso de velocidad por ejemplo, será el conductor el que tendrá que asumir las consecuencias administrativas o penales derivadas de la sanción.