Mar Cogollos, AESLEME: “A pesar de los nuevos riesgos que nos vienen en torno a la nueva movilidad, no debemos olvidar los antiguos”
Una de las cosas que más disgusta a Mar Cogollos, directora de AESLEME, es ver las cifras de siniestralidad vial, muy especialmente cuando estas muestran que todavía hay un alto porcentaje de fallecidos que se podrían haber salvado si hubiesen llevado puesto el cinturón de seguridad. “Que algo tan básico siga sin ser utilizado me dice que, a pesar de los nuevos riesgos que nos vienen en torno a la nueva movilidad, no debemos olvidar los antiguos. Debería estar en nuestro ADN”, afirma. La Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (AESLEME) es un referente en España. Hablamos con su directora, Mar Cogollos, acerca de lo que ha supuesto el carné por puntos, qué pueden hacer las empresas para reducir su siniestralidad, y analizamos la movilidad hacia la que nos dirigimos.
Mar Cogollos empezó en la asociación tras sufrir una grave lesión medular. “Era una chica de 25 años con un proyecto de vida, y un siniestro de tráfico cambió mi proyecto vital, personal y laboral. Todo fue encarrilado. Trabajé en el Hospital de la Paz como psicóloga y allí me buscaron para que me dedicara a algo que, a mi parecer, es precioso, evitar que lo que me ha pasado a mi les suceda a otras personas”, remarca. AESLEME es una asociación sin ánimo de lucro dedicada a la prevención de lesiones graves por siniestros de tráfico que se fundó hace ya 32 años.
La entidad ha llegado a más de 5 millones de beneficiarios gracias a sus 12 programas de seguridad vial. Solo durante el año 2021 ofrecieron 4.199 conferencias a 38.352 personas que necesitaban recuperar puntos. “Estoy muy orgullosa del equipo que he formado, porque empecé sola y ahora somos 200 formadores haciendo campañas de seguridad vial para todas las edades”. Mar se describe como una persona positiva: “creo que las cosas pueden mejorar. Soy constructiva y creo que los valores y la empatía pueden ayudar a mejorar la convivencia de las personas y la seguridad vial”.
Los inicios fueron duros. La seguridad vial hace 35 años no se encontraba entre los objetivos prioritarios. Mar relata cómo, UNESPA primero y Fundación MAPFRE a continuación, fueron de los primeros en confiar en la asociación. El por entonces director general de Tráfico, Miguel María Muñoz Medina, y posteriormente presidente del Instituto de Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, se comprometió y firmó un acuerdo de colaboración con la asociación.
Igualmente reconoce el importante papel del actual director general de Tráfico, Pere Navarro, quien ha conseguido agrupar a todos para poner a las víctimas en el centro de las políticas de seguridad vial.
“Hemos pasado unos años muy difíciles emocionalmente hablando y cuando uno va en el coche no se olvidan”
Se han cumplido 16 años del carné por puntos. La medida tuvo muchos detractores pero la situación actual habría sido muy diferente de no haberlo puesto en marcha. Para Mar Cogollos “ha supuesto un antes y un después”. Además, les ha dado la oportunidad de llegar a aquellos conductores que han perdido puntos a través de los cursos. La entidad se encarga de explicar qué hay después de un siniestro de tráfico, algo que los asistentes agradecen enormemente: “se preguntan por qué no han recibido esto cuando se estaban sacando el carné de conducir”.
La directora de AESLEME considera que España ha pasado de estar al final de la cola en la Unión Europea a colocarse en los primeros puestos en lo que se refiere a la reducción de la siniestralidad vial y, sin duda, “esto se lo debemos en gran medida al carné por puntos”.
¿Y qué va a pasar ahora? ¿Qué está ocurriendo con la movilidad tras la pandemia? “Me preocupa que tras dos años sin salir de vacaciones salgamos un poco desatados. Hemos pasado unos años muy difíciles emocionalmente hablando. Estos problemas siguen ahí cuando nos subimos al coche, y me preocupa mucho que este ronroneo provoque más distracciones, que son la primera causa de siniestralidad, y cuando uno va en el coche no se olvidan”, reconoce Mar Cogollos.
La Estrategia de Seguridad Vial 2030 vuelve a poner el foco en la necesidad de seguir trabajando para reducir la siniestralidad en carretera, y recientemente se ha aprobado la reforma de la Ley de Tráfico. De hecho, tal y como nos dice Mar, “ha habido tal avalancha de propuestas que han tenido que ir incorporando medidas que no tocaban”. Por ejemplo, desde la asociación han luchado por que hubiera unas horas obligatorias presenciales de seguridad vial al sacarse el carné de conducir: “pensamos que esas horas presenciales son importantes para hablar de los riesgos y las consecuencias de la siniestralidad para cambiar las actitudes. Esto no ha salido en el Senado pero sí se aprobó en la ley y estará regulado en el reglamento”.
Desde AESLEME también destacan la obligatoriedad del casco en ciclistas para mayores de 17 años. Sin embargo, no se ha conseguido. Mar confía en que en el reglamento se metan cosas que no han estado en la ley. “Tenemos unos objetivos marcados que cumplir en la Estrategia 2030”, apunta.
A favor de una formación mínima para vehículos de movilidad personal
Los usuarios de bicicletas y patinetes eléctricos crecen año tras año. Aunque hablamos de vehículos sostenibles, para Mar Cogollos no son medios seguros “porque aumentamos el número de usuarios vulnerables en las calles. Además, en la mayoría de casos, no se cuenta con carriles específicos y segregados para que vayan seguros. Van entre vehículos más grandes. Muchos de ellos no tienen permiso de conducir y, por lo tanto, no conocen las normas. No llevan matrícula y el control es muy difícil”.
Por supuesto, reconoce que son muchas sus ventajas: “son vehículos más económicos y pueden llevar a esa intermodalidad (voy en un tramo en transporte público y luego cojo el patinete o la bicicleta, sobre todo en recorridos pequeños). Lo que está claro es que hay que cambiar el modelo de ciudad para que estos vehículos, dado que han venido para quedarse, sean lo más seguros posible. Para ello también necesitamos que sus conductores sean usuarios concienciados y formados”.
Por todo ello, se muestra partidaria de exigir una formación mínima: “no creo que sean necesarias muchas horas pero sí que deben recibirla. Ahora hemos conseguido, después de tantos años pidiéndolo, que la educación vial esté en todas las etapas educativas”. La primera experiencia empezará en el próximo curso en los últimos años de primaria, y primero y segundo de la ESO. Se dará en la asignatura de educación física. Aquí se formará sobre el uso de la bicicleta y el patinete. “Con ello conseguiremos que en las próximas generaciones la gente salga con conocimientos, pero, hasta que lleguemos a ese momento, hay usuarios de todas las edades que utilizan vehículos de movilidad personal y comenten muchas irresponsabilidades, como llevar a un niño en el patinete o coger una bicicleta después de 20 años sin usarla…. En España ha venido esto muy deprisa y para quedarse, pero tenemos que convivir muchos tipos de vehículos en unas ciudades que no están preparadas”, remarca la directora de AESLEME.
Concienciar a directivos y trabajadores
En el terreno de la seguridad vial laboral, la entidad realiza cursos de concienciación a empresas, también dentro del Programa de Seguridad Vial en la Empresa de Fundación MAPFRE.
¿Debería ser obligatorio que las compañías tuvieran que hacer este tipo de cursos? Mar lo tiene claro y apuestas por la concienciación. “Es mejor convencer que obligar. Por eso, me gusta que el curso lo reciban en primer lugar los directivos, para que después quieran que los reciban sus trabajadores. No hay ninguna empresa que haya quedado descontenta”, señala.
Para reducir la siniestralidad vial en el trabajo, Mar Cogollos defiende medidas como la planificación de rutas, la flexibilidad de horarios en la entrada y salida, ya no solo para la conciliación familiar, sino también para evitar horas punta y estrés. Igualmente considera que las empresas deben prohibir el uso del móvil en el coche por asuntos laborales y que no deben ser tan exigentes en los servicios. “Hay que hacer las rutas que se puedan hacer, pero sin sobreexigir”, añade.
En este sentido, la directora de la asociación opina que las empresas deben ofrecer aquellos elementos de seguridad que sean necesarios para los trabajadores, como el casco, y que se debe apostar por la formación en seguridad vial dentro de las compañías. Y es que muchas veces no está presente en los programas de riesgos laborales a pesar de ser la primera causa de siniestralidad laboral.
Además, considera que las empresas deben invertir en vehículos con los últimos sistemas de ayuda a la conducción ADAS. “Hay que incentivar, por parte del gobierno central, la compra no solo de vehículos eléctricos, sino también de vehículos más seguros y que formen parte de las flotas”, remarca.
Compromiso con la seguridad vial a nivel europeo
Con todo ello, la Carta Europea de la Seguridad es una buena forma de comprometerse. “Hay veces que, si no te pones objetivos, difícilmente vas a cumplirlos. Las empresas tienen que pensar que lo más valioso que tienen son sus trabajadores y, por lo tanto, cuidar de la vida y la salud de sus empleados debe ser uno de sus grandes objetivos, independientemente de que sean rentables”, opina Mar, quien añade que “el cuidar a las personas va a suponer que sean más felices, más motivadas, que trabajen mucho mejor, que comprender que la empresa se preocupa por ellas…”
La directora de AESLEME se muestra ilusionada al recordar que el 25% de los firmantes son entidades españolas. “Yo incentivaría y diría a las empresas que no lo han firmado que lo hagan porque el tenerlo reflejado va a hacer que mejoren muchísimo. Que piensen que tener a personas bien formadas va a suponer menos bajas laborales y menos costes, entre ellos, por supuesto, el más importante, el coste humano”, afirma.
Por último, sobre cómo los actores de la movilidad deben mostrar solidaridad con las personas más vulnerables, Mar Cogollos reconoce que “a veces se nos olvida que todos somos a veces peatones, a veces ciclistas, a veces conductores… Cuando eres conductor pitas al peatón y cuando eres peatón te quejas del conductor. Nos cuesta entender que todos somos en un momento de nuestra vida uno u otro. Nos falta conciencia global. Hay que ponerse en el lugar del otro”, finaliza.