Todo lo que debes saber para moverte con seguridad en tus trayectos cortos este verano
Con la llegada de las vacaciones y el verano se suele hacer hincapié en la importancia de ser precavido en los desplazamientos de largo recorrido. Sin embargo, son precisamente los trayectos cortos los recorridos que se realizan con más frecuencia y, precisamente debido a su cotidianidad, también conllevan un gran riesgo. Además, mientras que la gran mayoría de los viajes de largo recorrido se realiza en autopistas y autovías con unas condiciones de firme y señalización muy buenas, muchos trayectos cortos se realizan en carreteras secundarias o convencionales que son las vías más peligrosas.
De hecho, dos de cada tres fallecidos en carretera en España se producen en vías convencionales, tal y como ha dado a conocer la Dirección General de Tráfico. Hay que tener en cuenta que las vías secundarias se caracterizan por tener una plataforma única para los dos sentidos de circulación, por lo que en la mayoría de los casos es necesario invadir el carril contrario para realizar un adelantamiento. Además, los carriles y arcenes son más estrechos y suelen tener accesos a fincas colindantes, entre otras características. Muchos tramos transcurren por zonas de montaña o por áreas con una gran cantidad vegetación alrededor, siendo muy frecuente que los animales puedan invadir la carretera, con el riesgo que eso supone.
Tal y como se destaca desde la DGT, las carreteras convencionales conforman el 89% de las vías españoles, con casi 150.000 km en total, de los cuales el 15% tiene un ancho de calzada menor a 5 metros. A la hora de analizar los siniestros que se produjeron en estas carreteras secundarias durante 2023, cabe destacar que más de la mitad de los fallecidos se produjeron en tramos rectos (el 55%), y el 43% de las víctimas mortales se registraron por salidas de vía.
Trayectos cortos sin riesgos
A esto hay que añadir que muchos de estos viajes se realizan de forma habitual y, por lo tanto, los conductores tendemos a ir en modo “piloto automático”, es decir, se realiza el trayecto de una manera casi automática y sin prestar la debida atención a qué ocurre alrededor. Entonces, ¿qué hacer si te das cuenta de que has hecho el trayecto pero no has sido consciente de lo que ha pasado durante el recorrido? La solución pasa por no bajar nunca la guardia y poner toda la atención en lo que pasa en la carretera. Y si se tiene la posibilidad de ir por vías alternativas a la habitual, aunque el trayecto sea algo más largo, cambia de ruta para evitar los peligros de la rutina.
Igualmente, en este tipo de trayectos a veces se asumen más riesgos como, por ejemplo, llevar a un niño sin el correspondiente sistema de retención infantil o simplemente colocándole en la sillita sin abrocharle. Esto es especialmente peligroso, ya que el menor estaría sin sujeción y saldría disparado en caso de frenazo o siniestro de tráfico. Igualmente, todos los adultos deben ir correctamente en sus plazas y con el cinturón de seguridad abrochado, por muy corto que sea el camino.
Por todo lo mencionado anteriormente, es muy importante cumplir siempre con las normas de circulación. Hay que respetar los límites de velocidad, la distancia de seguridad, la preferencia de paso y, por supuesto, respetar a todos los usuarios de la vía, especialmente a los más vulnerables. De hecho, es frecuente encontrarse con controles de vigilancia de alcoholemia y de velocidad en estas vías secundarias.
También es importante colocar todos los objetos en el maletero o correctamente sujetos: bolsas de la compra, la sombrilla de la playa, una mochila… La zona más segura para transportar bultos es el maletero, por estar separados físicamente de la zona de los pasajeros.
Pese a que son trayectos de corto recorrido, se recomienda evitar las horas de más calor. Y es que las altas temperaturas afectan directamente a la capacidad para conducir, ya que se reduce la capacidad de atención y de reacción, y se es más propenso a cometer errores e infracciones.
Por supuesto, tampoco se debe conducir con cualquier tipo de ropa y calzado. Hay que evitar el uso de chanclas, tacones altos y, en definitiva, cualquier calzado que no permita un correcto manejo de los pedales. Respecto a la ropa, se recomienda que sea holgada, de fibras naturales y transpirable, para sobrellevar lo mejor posible el calor. No se debe conducir sólo con el bañador o sin camiseta, ya que el cinturón puede provocar quemaduras en caso de tener que actuar.
Por último, por muy corto que sea el recorrido, nunca se debe conducir después de haber consumido alcohol y/o drogas. Tampoco hay que ponerse al volante si se están tomando medicamentos que afecten a la capacidad para conducir. Ante cualquier duda, si el prospecto no es suficiente, hay que consultar con el médico o farmacéutico.
Bajo ningún concepto se debe restar importancia a estos trayectos cortos. Al volante, cualquier distancia recorrida requiere de toda la atención del conductor, sin olvidar el buen estado del vehículo y las condiciones de la vía. ¡Cuida todos tus viajes!