Planifica tu vuelta al trabajo y elige el mejor desplazamiento siguiendo estas recomendaciones
Tras las vacaciones de verano, es el momento de ir incorporándose al puesto de trabajo. ¿Cómo vas a ir y volver? ¿Tienes una forma de desplazarte alternativa ante cualquier incidencia? ¿Qué factores debes tener en cuenta a la hora de elegir cuál va a ser tu medio de transporte? Aunque, en ocasiones, no se le da el merecido valor, planificar la ida y vuelta al trabajo es muy importante, así que te ofrecemos algunas recomendaciones en este artículo.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que es recomendable tener varias formas de desplazarse al trabajo. Y es que en cualquier momento pueden surgir imprevistos que te hagan tener que cambiar de planes: carreteras cortadas (siniestros de tráfico, mal tiempo, etc.), una avería del coche, bicicleta o patinete… En definitiva, lo mejor es tener varias opciones.
Pero, además, hay que tener en cuenta muchas otras variables. Te contamos diez puntos que debes tener en cuenta:
- Distancia del trabajo a casa y viceversa. No es lo mismo un trayecto de 30 kilómetros que uno de 90. Ten en cuenta la distancia que tienes que recorrer para elegir qué medio de transporte te encaja mejor.
- Tiempo que se tarda en realizar el trayecto. Muy en línea con el punto anterior, es el tiempo que vas a necesitar en recorrer esos kilómetros.Puede que tu trabajo esté a 20 km de tu casa, y en coche sólo necesites unos minutos; o que esté a 10 km y tardes una hora porque necesitas varios transbordos en transporte público.
- ¿Hay posibilidad de combinar varias formas de transporte? Hay que poner envalor la interconexión de los medios de transporte. Por ejemplo ir andando o en bicicleta hasta un punto y luego continuar en el transporte público. Valora los medios de transporte disponibles y la conexión entre ellos para elegir la mejor ruta.
- Vías ciclistas o carreteras apropiadas para la circulación de bicicletas. Si te decantas por la bicicleta como medio de transporte para ir y volver del trabajo, ten en cuenta cómo es el trayecto, es decir, comprueba que las carreteras son seguras para la circulación de bicicletas y valora fundamentalmente que haya carriles bici disponibles. Recuerda que las bicicletas no pueden circular por autopista, y que los ciclistas mayores de 14 años pueden circular por los arcenes de las autovías, salvo que una señal lo prohíba expresamente. Presta atención a la señalización de los itinerarios.
- Restricciones a la circulación. Consulta si hay previstas labores de mantenimiento en las carreteras, cortes de vías de ferrocarril u otras incidencias para no llevarte una sorpresa durante el camino.
- Estacionamiento. ¿Puedes estacionar tu coche cerca de tu lugar de trabajo? Hay que tener en cuenta las zonas de estacionamiento regulado, si hay posibilidad de aparcar dentro del centro de trabajo o en sus proximidades, etc. Si decides ir en bicicleta o patinete, comprueba que igualmente puedes dejar el vehículo en un lugar apropiado. Recuerda que no debe interferir en el paso de los peatones, especialmente de los invidentes o de aquellos con dificultades de movilidad.
- Circulación restringida. Las zonas de bajas emisiones limitan la circulación por el centro de las ciudades en función de la etiqueta medioambiental del vehículo. Si tu empresa se encuentra dentro de estos núcleos urbanos, es importante tener en cuenta este factor a la hora de elegir tu modo de desplazamiento.
- Congestión del tráfico. ¿Suele haber mucho tráfico y retenciones? Pasar horas en un atasco no solo es tiempo perdido, sino que también genera contaminación medioambiental y acústica. Ten todo esto en cuenta.
- Medios disponibles por parte de la empresa. ¿Ofrece tu empresa un autobús para los empleados? Valora la posibilidad de utilizar esta solución, la mejor para reducir al máximo el número de vehículos en circulación.
- Analiza la seguridad que te proporciona el medio de transporte elegido. Bicicletas, peatones y conductores de patinetes eléctricos son usuarios vulnerables y, por lo tanto, hay que extremar la precaución. Por supuesto, también tienen ventajas: haces ejercicio, disfrutas del aire libre, contaminan menos… No obstante, la precaución y la responsabilidad deben primar cuando se utiliza una de estas formas de desplazamiento.
Ten todo esto en cuenta y elige la forma de desplazarte que mejor se adapte a tus necesidades, pero siempre pensando en que la seguridad y la prevención deben ser lo más importante.