Poner en práctica estas técnicas de mindfulness en la conducción
¿Conoces en qué consiste el mindfulness y cómo puede ayudarte en la conducción? Poniendo en práctica esta técnica podemos conseguir una mayor atención al volante, evitar al máximo las distracciones y reducir, por tanto, el riesgo de sufrir un siniestro de tráfico.
Las prisas y el estrés están muy presentes en nuestro día a día y, por supuesto, también durante la conducción. Precisamente, estos factores afectan directamente a nuestra capacidad para conducir y provocan un mayor número de errores en la conducción, haciendo que sea más agresiva o reaccionando peor ante cualquier imprevisto.
Se puede decir que el mindfulness, o plena consciencia, es todo lo contrario a la conducción automática, tan presente en nuestras vidas, y que consiste en conducir sin darnos cuenta de lo que ocurre alrededor, siguiendo siempre el mismo camino y con los mismos hábitos. Al final, llegas a tu destino sin apenas haberte dado cuenta de lo que has hecho.
Tal y como explica Emmy Smit, psicóloga y formadora de mindfulness de ITAE Empresas y colaboradora del Centro de Asistencia y Rehabilitación Sanitaria SEAT CARS, la técnica consiste en enseñar al cerebro a enfocarse en una sola función, de manera que pueda dedicarle una atención completa. Si llevamos el mindfulness a la conducción, haremos que ésta sea menos mecánica y más segura, con más atención a lo que ocurre en el momento presente.
Pero los beneficios no se quedan ahí, ya que además de una mejora de la seguridad por medio de una mayor atención a la conducción, también reduciremos el gasto de combustible y las emisiones contaminantes siendo menos agresivos y más eficientes durante los desplazamientos.
Es fácil, ¿te atreves a probar?
Para empezar, es importante que antes de subir al coche seamos conscientes de nuestro nivel de cansancio y estado de ánimo. Debemos querer disfrutar del viaje sin prisas.
Una vez en el interior, se recomienda realizar un par de respiraciones profundas. Tal y como indica Emmy Smit, se debe sentir cómo el aire entra y sale por la nariz. A continuación, nos abrocharemos correctamente el cinturón y nos colocaremos adecuadamente. Debemos observar la postura, las manos en el volante, el contacto del cuerpo con el asiento…
Durante la conducción solo debemos centrarnos en conducir. Si nos distraen otros pensamientos o si tenemos la tentación de mirar el teléfono, debemos enfocar la atención deliberadamente en la carretera, lo que vemos y los sonidos. Además, el entorno es muy importante, así que prepara un ambiente agradable dentro del vehículo. El espacio debe fomentar la tranquilidad.
Una de las principales recomendaciones para disfrutar de la conducción es precisamente ser amable y empático con el resto de conductores y usuarios de la vía: cede el paso, facilita las incorporaciones, sonríe más… Igualmente, es aconsejable aprovechar las pequeñas paradas en los semáforos o en un atasco para respirar y devolver el foco al momento actual.
Una vez hemos llegado a nuestro destino, es recomendable esperar un momento antes de salir del vehículo. Se debe disfrutar del silencio, volver con la atención al cuerpo físico y valorar las sensaciones que el viaje nos ha podido producir a nivel físico y emocional.
En este punto, debemos reflexionar sobre el viaje, si lo hemos disfrutado o si, por el contrario, nos hemos estresado. Se debe valorar qué se puede hacer de forma diferente la próxima vez.