¿Por qué no debemos llevar el abrigo si conducimos?
Ya sea por el frío que hace, por comodidad o por las prisas, muchos son los conductores que deciden ponerse al volante si quitarse el abrigo. Te sientas y directamente te abrochas el cinturón de seguridad. A continuación detallamos porque este gesto puede ser especialmente peligroso.
Aunque el 96% de los conductores cree que utiliza una vestimenta adecuada para conducir, más del 15% confirma conducir habitualmente con el abrigo puesto, según un estudio de la Fundación CEA. Se trata de un error muy común que podemos ver a diario en las carreteras.
Aunque directamente no está prohibido, la Ley de Seguridad Vial recoge que ‘el conductor está obligado a mantener su propia libertad de movimientos’, algo que no podemos garantizar si llevamos un abrigo puesto, especialmente si es de invierno y voluminoso. Con un abrigo nos cuesta más reaccionar ante imprevistos y llegar a las distintas partes del vehículo. No podemos negar que nuestra movilidad se ve mermada.
Esto quiere decir que la ley puede ser interpretada de muchas maneras y que no sería raro ver a una agente de la Guardia Civil de Tráfico multando a un conductor precisamente por llevar un abrigo voluminoso puesto, como puede ser un plumas, que le impida conducir con seguridad. Lo mismo ocurre con el uso de guantes, bufandas y otras prendas que impiden que podamos girar el cuello con libertad o que puedan ocasionar que se nos resbale el volante.
Además, debemos tener en cuenta que la ropa gruesa, como pueden ser los abrigos, hace que el cinturón de seguridad no se adapte a la perfección al cuerpo y, por lo tanto, sea menos eficaz. Nuestro cuerpo no estará igual de sujeto en caso de accidente con un abrigo que sin él, ya que se interpone entre nuestro cuerpo y el cinturón. El abrigo puede generar un colchón de aire creando una falsa sensación de sujeción.
La mejor solución pasa por quitarnos el abrigo antes de entrar en el coche. Ante el menor síntoma de frío, se puede poner el aire a una temperatura agradable. Debemos tener en cuenta que también está contraindicado conducir con demasiado calor, ya que altera nuestra capacidad para conducir y contribuye a la aparición de la somnolencia y la fatiga.
La temperatura ideal no debe superar los 23º C y la ropa que debemos utilizar, ya sea por motivos de trabajo o no, debe ser cómoda y flexible, que no quede ajustada en la zona de las piernas ni en los brazos. Se recomienda también que sea transpirable.
Los niños también sin abrigo
Esto mismo se puede trasladar a la hora de viajar con niños que tengan que usar sistemas de retención infantil. Aquí se ha demostrado que usar abrigo mientras van en la sillita también les ofrece una falsa sensación de sujeción ya que los arneses no quedarán los suficientemente apretados.
Basta con abrochar a un niño en su sillita con el abrigo y después volverle a sentar sin él. Veremos lo holgados que quedan los arneses en el segundo caso. En caso de accidente, el niño puede resbalar por el abrigo y salir de la sillita.
Más información al respecto en ‘¿Puede un abrigo poner en riesgo la eficacia de las sillitas y la seguridad de los niños?’, de Seguridad Vial Infantil.