¿Por qué se incumplen las normas de tráfico?
El uso del cinturón de seguridad y el límite de alcohol al volante son las normas más respetadas. Por el contrario, no respetar los límites de velocidad es la única norma en la que existen más conductores que la transgreden alguna o varias veces. Así lo muestra el estudio ‘Análisis del cumplimiento efectivo de la legislación viaria y detección de factores de riesgo de la trasgresión reiterada de las normas de tráfico en España’, realizado por la Universidad Miguel Hernández de Elche.
El estudio en cuestión se encuentra dentro de los muchos proyectos financiados por la Dirección General de Tráfico (DGT) en el año 2014. El objetivo de dicho trabajo es evaluar los factores determinantes del cumplimiento de cuatro normas de tráfico: uso del cinturón de seguridad, el uso de teléfonos móviles mientras se conduce, no respetar los límites de velocidad y el límite de alcohol al volante.
Las principales conclusiones de este trabajo han sido publicadas en la Revista ‘Tráfico y Seguridad Vial’, de la DGT, en él se explica que se han utilizado tres modelos a la hora de poner en marcha este trabajo: el de la Disuasión (amenaza de sanción), el de la Influencia Social (desaprobación social y el comportamiento percibido en los demás) y la Legitimidad (valores del propio individuo). En este sentido, hay que destacar que España se caracteriza por una política legislativa penal en materia de tráfico en base al modelo de Disuasión.
Las normas que más se transgreden, con independencia de si ha habido o no sanción, es no respetar los límites de velocidad, que es la única norma en la que existen más conductores que la transgreden alguna o varias veces que conductores que nunca la transgreden. De hecho, es la norma que con más frecuencia se incumple repetidamente.
El presente estudio señala que más que el miedo a la multa, se tiene en cuenta la interiorización de que la multa es o no adecuada. Importa sobre todo qué hace el grupo de referencia y no el miedo a ser pillados. Por este motivo, la pérdida del permiso de conducir o la realización de cursos de reeducación pueden no llegar a motivar el cumplimiento de las norma de tráfico por parte de algunos conductores.
En este sentido, existe mayor probabilidad de infringir la norma cuando no se sienten legítimas, es decir, cuando se considera que las sanciones impuestas por esas infracciones deberían ser más leves. Además, el trabajo indica que la experiencia pasada por sanciones no tiene efectos preventivos del cumplimiento de la norma y que la conducta transgresora reiterada está relacionada significativamente con las percepciones acerca de qué hacen los demás, sobre todo aquellas personas que constituyen el grupo de referencia, es decir, nos fijamos en qué hace el resto. De hecho, la desaprobación social no es tan importante para el infractor como lo es el comportamiento percibido del grupo de referencia, según el presente estudio.