Carreteras secundarias, ¿por qué son más peligrosas?
Las carreteras convencionales o vías secundarias son las que registran un mayor índice de siniestralidad vial. De hecho, sólo durante el año 2018 se registraron 24.782 siniestros con víctimas, 994 fallecidos, 3.439 heridos que tuvieron que ser hospitalizados y 32.868 heridos leves.
De los más de 165.000 kilómetros de vías interurbanas que hay en España, más de 148.000 corresponden a carreteras convencionales, aquellas vías interurbanas que no son ni autopistas ni autovías.
Sus características propias hacen que sean más peligrosas si no se realiza una conducción responsable. Mientras que el mayor número de siniestros con víctimas tienen lugar en vías urbanas (el 63% del total en 2018), el mayor número de fallecidos en carretera lo encontramos en vías convencionales (el 55%), tal y como se recoge del anuario “Las principales cifras de siniestralidad vial 2018” publicado por la Dirección General de Tráfico.
Hay que tener en cuenta que este tipo de vías tienen unas características que las hacen especialmente «complicadas»:
- Son de calzada única, y tienen cruces e incorporaciones al mismo nivel.
- Tienen accesos a terrenos colindantes.
- Los trazados de este tipo de vías son más antiguos, muchas veces sinuosos y con un firme menos regular.
- Muchos de ellos son tramos de montaña con numerosas curvas y, por lo tanto, menor visibilidad.
- Las calzadas son más estrechas y muchas de ellas carecen de arcén adecuado.
- Normalmente siempre es necesario invadir el sentido contrario para adelantar.
- Mayor presencia de animales que pueden invadir la carretera.
Todo esto hace que las salidas de vía y las colisiones sean los siniestros más habituales en estas carreteras. Igualmente, señalar que la velocidad es uno de los factores que está más presente en esos tipos de siniestros, por lo que la velocidad máxima permitida en vías secundarias es menor y no supera los 90 km/h.
Para reducir esos altos índices de siniestralidad, en los últimos años se han instalado guías sonoras longitudinales en 3.000 km de vías convencionales calificadas como especialmente peligrosas. Estas guías alertan a los conductores distraídos de que su vehículo se está desviando de la trayectoria del carril. También se han instalado sistemas de señalización dinámica que avisan de la presencia de vehículos en cruces peligrosos, y se han introducido rutas ciclistas seguras.
Por último, señalar que uno de los objetivos de la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 es precisamente reducir en un 30% los fallecidos por salida de vía en carretera convencional. En 2019 hablamos de 520 víctimas mortales y el objetivo marcado para 2020 es de 364; en 2018 se han contabilizado 254 fallecidos por este factor y en este tipo de vía. A pesar de todo, el gran reto está todavía por conseguir: el Objetivo Cero, que ninguna persona pierda la vida en siniestros de tráfico.