¿Qué se puede hacer para reducir la siniestralidad de los motoristas?
Actualmente en España hay casi 5,9 millones de motocicletas y ciclomotores, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico. Y se espera que su uso vaya en aumento en los próximos años. Sin embargo, no todas las cifras son positivas cuando se habla de las dos ruedas, y es que en el colectivo de motoristas ha aumentado la siniestralidad un 19% en 2023 llegando a 299 víctimas mortales, 45 más que el año anterior, según los datos de la DGT a 24 horas y en vías interurbanas. Este incremento ha hecho saltar la alarma y ya se plantean algunas medidas para frenar este trágico repunte.
Las ventajas de moverse en moto o ciclomotor son numerosas: menos congestión en las ciudades, mayor libertad de movimiento o facilidades para el estacionamiento. Por ello, son uno de los medios de transporte más utilizados por muchas empresas, como las dedicadas al reparto de comida a domicilio, o el motosharing, que está en pleno auge. La grave desventaja: los motoristas tienen un riesgo de lesión entre 20 y 40 veces superior al de los conductores de automóviles, según los datos oficiales.
“Necesitamos conductores más seguros, vehículos más seguros, carreteras más seguras y políticas integradoras”, aseguraba Jordi Bordoy, presidente de ANESDOR (Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas), en una entrevista concedida a ‘Seguridad Vial en la Empresa’. Por supuesto, “son muchos los siniestros en moto en los que la responsabilidad es de otros conductores, por lo tanto es necesario fomentar la convivencia y, especialmente, la protección de los usuarios vulnerables”, afirmaba.
En este sentido, ya hay muchas medidas que se están desarrollando y otras que podrían implementarse. Se detallan, a continuación, cuáles son las últimas propuestas que se plantean:
1. Formación
Tener pericia y saber anticiparte es vital cuando conduces, especialmente si se trata de una moto. Esto es algo que se profundiza en los diferentes permisos que te habilitan para conducir uno de estos vehículos. Esta formación permite saber cómo actuar en situaciones complicadas y ofrece al conductor recursos para tomar una decisión acertada en los momentos más cruciales. Por ello, los cursos de perfeccionamiento y de conducción segura se muestran como la mejor herramienta para conseguir motoristas más seguros y formados. Por supuesto, estos cursos deben estar certificados, tal y como se recoge en la Ley de Tráfico.
La formación se vuelve todavía más necesaria cuando el usuario no ha conducido nunca una moto y quiere pasar del coche a las dos ruedas. Los tres años de experiencia con el coche son importantes, pero no determinantes y, por lo tanto, hace un curso específico para conducir una moto resulta fundamental para que el usuario pueda coger destreza y conocer las peculiaridades de las dos ruedas en profundidad.
En este sentido, el Ministerio del Interior ha indicado que se realizará una actualización de los cursos de recuperación de puntos para ofrecer un tratamiento especial a los motoristas.
2. Acceso a la moto
Se endurecerán las pruebas para la obtención del permiso A que da acceso a los modelos de alta cilindrada, con un mayor peso de la conducción en carretera. Igualmente, se quiere acabar con la convalidación automática actual por la que un conductor de turismo con al menos 3 años de experiencia puede conducir motos de hasta 125 cc y 15 CV de potencia sin la necesidad de aprobar ningún examen. Se exigirá superar un curso específico.
Esta medida no ha sido apoyada por la patronal. Desde Anesdor (Asociación Nacional de Empresas de las Dos Ruedas) piden medidas eficaces y apuntan al caso de Francia, que desde el año 2011 suprimió esta convalidación y, sin embargo, no ha experimentado descensos en la siniestralidad vial, aunque sí se ha producido un importante impacto económico en el sector.
3. Concienciación e inversión desde el terreno laboral
Se pedirá a las empresas con empleados que usen motos para su trabajo que sus trabajadores realicen cursos de perfeccionamiento cada cinco o seis años.
Además, desde Anesdor consideran necesarias otras medidas en el terreno laboral: “las empresas con trabajadores en moto deben dedicar un capítulo destacado del plan de riesgos: controlar el estado de la flota y su seguridad, ofrecer formación necesaria a los trabajadores, también facilitarles un equipamiento de protección adecuado y vigilar el comportamiento adecuado a la hora de usar los vehículos”.
Por otro lado, y con el objetivo de reducir la siniestralidad, se han incluido cursos de conducción segura para reparto en motocicleta y ciclomotor dentro de la oferta formativa de la FUNDAE (Fundación Estatal para la formación Estatal para la Formación en el Empleo).
4. Equipamiento adecuado
Es necesario que los motoristas circulen con el equipamiento de seguridad necesario, sea o no obligatorio, y que se utilice de forma habitual y no sólo en los desplazamientos de largo recorrido. Hablamos de casco integral, chaqueta de protección, guantes, pantalón largo reforzado y calzado adecuado. Actualmente, en España sólo es obligatorio el uso del casco, un elemento de seguridad que ha ido evolucionando hasta ofrecer una gran protección. Hay que destacar el casco conectado, que permite informar a los servicios de emergencia en caso de siniestro a través de la plataforma DGT 3.0.
También hay que destacar la llegada del airbag, que marcará un antes y un después en la seguridad de los motoristas. Desde Anesdor se apunta que “falta definir estándares técnicos que permitan certificar la calidad de estos productos y también estudios que nos permitan determinar su comportamiento en diferentes casuísticas, por eso hacerlo obligatorio sería muy prematuro”.
Por otro lado, también se baraja la opción de obligar al uso de guantes homologados y que el casco sea integral cuando se circule por carretera.
5. Motocicletas en buen estado
En España se venden 2,2 motos usadas por cada moto nueva, y el 52% de las motos de ocasión vendidas tienen más de 10 años de antigüedad, indican desde Anesdor. Un buen estado del vehículo resulta primordial para garantizar la máxima seguridad posible en todas las condiciones.
Fomentar un plan de ayudas para la renovación del parque es primordial. De esta forma, se fomenta la rápida incorporación de las tecnologías más avanzadas, ya presentes en muchos de los vehículos nuevos, ya sea a través de incentivos, ayudas financieras e exenciones fiscales, tal y como se recoge en el informe “Hoja de ruta para la mejora de la seguridad vial en usuarios de motocicletas y ciclomotores”, de Fundación MAPFRE y la Asociación Española de la Carretera, en el que se analiza un total de 240 casos reales de fallecidos en siniestros de moto y ciclomotor.
6. Tecnología
Además de la frenada combinada (CBS), el control de tracción o el ABS, es importante elegir motocicletas que aporten la máxima seguridad posible. En este sentido, los sistemas de asistencia a la conducción, los ARAS (Advanced Rider Assistance Systems), son el equivalente a los sistemas ADAS de los turismos, y entre estas tecnologías se encuentran el limitador de velocidad, la advertencia de colisión frontal o el ABS con intervención en curva, entre otros.
7. Diseño seguro de las infraestructuras
Se debe invertir también en el mantenimiento de carreteras y, por supuesto, tener siempre en cuenta a los usuarios de vehículos de dos ruedas. Esta inversión debe hacerse en autopistas y autovías, pero también en carreteras secundarias y vías urbanas. Sustituir los guardarraíles por la doble bionda para reducir las secuelas en caso de siniestro es una de las grandes demandas que poco a poco van siendo atendidas por la Administración.
En este sentido, la DGT está señalizando los “puntos negros” para las motos en la red de carreteras españolas, y algunas ciudades han implementado espacios reservados para los motoristas en los semáforos. Cada vez más, se les tiene en cuenta para la reorganización del tráfico.
Por supuesto, todas estas medidas deben ir acompañadas de una mayor concienciación de todos los usuarios de la vía. Un compromiso y respeto hacia la normativa que, unidos a muchas de las medidas enumeradas anteriormente, sin duda van a contribuir a una mayor seguridad de todos.