¿Sabes qué distancia necesita el vehículo para frenar?
Vamos a hablar hoy de la distancia de seguridad. Sí, la distancia de seguridad sigue siendo una asignatura pendiente de muchos conductores de este país. La realidad es que una parte muy importante de los conductores, entre un 20 y un 25 %, no respetan la distancia de seguridad con el vehículo que les precede.
Conviene recordar que la distancia de seguridad es aquella separación que nos permita reaccionar ante un imprevisto y frenar por completo nuestro vehículo, hasta detenerlo, sin alcanzar por detrás al vehículo que va delante nuestro. Y muchos conductores se olvidan de esto, o no calculan bien la distancia que deberían guardar.
La distancia de seguridad está formada por la suma de dos distancias: la distancia de reacción, que es la distancia que se recorre durante ese instante que tardamos en darnos cuenta y actuar (o sea, lo que tardamos en reaccionar), y la distancia de frenado, que es la distancia que recorre el vehículo mientras está frenando hasta que se detiene del todo.
Lo primero que hay que tener presente es qué distancia necesita el vehículo que conducimos para frenar. Esto depende del vehículo en sí, de su peso, del peso de la carga que transporte y de los frenos que equipe (y por supuesto también, del estado de los mismos, pues cuanto más gastados, peor frena). En los manuales de los vehículos se pueden encontrar las distancias de frenado.
Como normal general, cuanto más peso, más le costará al vehículo frenar, es decir, más distancia necesitará para reducir su velocidad y finalmente detenerse. Seamos conscientes de ello: si conducimos una furgoneta vacía, solo con nosotros dentro, necesitará menos distancia para frenar, pero si llevamos la parte trasera cargada con muchos kilos, la distancia aumentará mucho.
También como normal general, cuanta mayor sea la velocidad con la que circulamos, mayor será la distancia de frenado, y por tanto mayor debe ser la distancia de seguridad, no lo olvidemos tampoco. Para que nos hagamos una idea, a unos 80 km/h la distancia de seguridad vienen a ser unos 60 a 70 m, pero a 100 km/h es ya de unos 80 a 90 m.
Cuando se transporta un vehículo muy cargado no se puede ignorar tampoco la pendiente de la carretera: cuesta abajo nos costará mucho más frenar.
Pero además la distancia de frenado también depende de la adherencia entre los neumáticos del vehículo y el suelo. Por tanto si los neumáticos están en mal estado o muy gastados, o si está lloviendo y el suelo está mojado, la distancia de frenado también aumenta. El estado de los amortiguadores también afecta a la adherencia, no lo olvidemos.
Para que nos hagamos una idea, con lluvia y suelo mojado la distancia de frenado viene a ser el doble que cuando el suelo está seco.
Una fórmula para calcular de manera aproximada la distancia de frenado es multiplicar la velocidad por sí misma y dividir entre 170. Ojo, que esto es la distancia de frenado sola, y para suelo seco, y hay que añadir también la distancia de reacción, que suele ser debida a un tiempo de reacción de entre tres cuartos y un segundo aproximadamente.
Un consejo para mantener una correcta distancia de seguridad aproximadamente es contar mil ciento uno y mil ciento dos.