¿Se puede exceder la velocidad máxima permitida?
¿Se puede superar la velocidad máxima fijada en algún momento determinado? ¿Por qué es mejor no correr con el coche más de la cuenta? Abordamos a continuación por qué la velocidad es uno de los factores que más siniestros causa y que peores consecuencias tiene.
El Reglamento General de Circulación recoge toda la normativa vigente sobre velocidad. En concreto, el artículo 45 señala que “todo conductor está obligado a respetar los límites de velocidad establecidos y a tener en cuenta, además, sus propias condiciones físicas y psíquicas, las características y el estado de la vía, del vehículo y de su carga, las condiciones meteorológicas, ambientales y de circulación, y, en general, cuantas circunstancias concurran en cada momento, a fin de adecuar la velocidad de su vehículo a ellas, de manera que siempre pueda detenerlo dentro de los límites de su campo de visión y ante cualquier obstáculo que pueda presentarse”.
Para ver cuándo se pueden exceder los límites de velocidad hay que fijarse en el artículo 51 de ese mismo reglamento, donde se dice que ‘las velocidades máximas fijadas para las carreteras convencionales, que no discurran por suelo urbano, sólo podrán ser rebasadas en 20 kilómetros por hora por turismos y motocicletas cuando adelanten a otros vehículos que circulen a velocidad inferior a aquéllas’.
Recordamos en este cuadro los límites de velocidad máximos en autopistas, autovías y carreteras convencionales:
¿Por qué no exceder la velocidad? Dos estudios clave
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los límites máximos en las vías están situados por un motivo, no son decisiones arbitrarias. Aunque alguna señal nos parezca que no tiene sentido, quien la ha puesto ahí nos está diciendo que no es seguro circular a mayor velocidad por determinados tramos, especialmente cuando hablamos de carreteras secundarias, puertos de montaña, curvas…
Según el informe “La contribución de la velocidad a la prevención de accidentes en España” elaborado por Fundación MAPFRE, en aproximadamente el 40% de los siniestros ocurridos en vías urbanas se detecta exceso de velocidad. Un hecho muy peligroso si tenemos en cuenta la alta presencia de usuarios vulnerables, como peatones o ciclistas.
No podemos olvidar que a mayor velocidad, mayores posibilidades de sufrir un siniestro y más graves serán las lesiones de las víctimas. Y es que un aumento de la energía cinética significa un impacto más violento y, por tanto, mayor número y gravedad de las lesiones, haciendo también menos efectivos los sistemas de seguridad pasiva del vehículo.
La ciencia nos dice que a una velocidad de 50 km/h el conductor necesita unos 25 metros para detener el vehículo, y si el vehículo circula a 90 km/h, se necesitan alrededor de 60 metros. La cosa se complica a velocidades más altas y con la calzada mojada, pues en esas circunstancias y a 120 Km/h se necesitan cerca de 150 metros para detener el coche.
Además, hay que tener en cuenta que la relación entre la velocidad y el índice de riesgo de colisión no es lineal. De hecho, el índice de riesgo de siniestro se incrementa más rápidamente que el aumento de velocidad. Se puede decir que una reducción del 1% de la velocidad media del tráfico conlleva una disminución del 2% de los siniestros con lesiones, de un 3% de los siniestros con lesiones graves y de un 4% de los siniestros fatales.
Por otro lado, el estudio ‘Velocidad y usuarios vulnerables’, realizado por Fundación MAPFRE, revela que casi 7 de cada 10 conductores excede los límites máximos de velocidad en zonas con usuarios vulnerables (64,95%). Sólo el 35,05% respeta y cumple los límites fijados en este tipo de vías con límites 20, 30, 40 y 50 km/h. Además, aunque son más los coches que suelen transcurrir por este tipo de vías y, por lo tanto, los que más exceden los límites de velocidad (el 54,98% de los vehículos que superan la velocidad máxima son coches), son las motos las que alcanzan una mayor velocidad media. El informe analiza en qué grado el conductor es capaz de percibir el peligro y reducir por sí mismo la velocidad en ese entorno, es decir, en vías con alta presencia de peatones y sin elementos de calmado de tráfico que puedan obligar al conductor a reducir la velocidad.
Por último, llama la atención que cuando el límite máximo de velocidad es menor, el grado en el que se excede es mayor. Así, en vías con límite de 20 km/h, los coches exceden la velocidad en 15,6 km/h de media. En vías de 30 km/h se sobrepasa la velocidad en 7,9 km/h; en vías limitadas a 40 km/h en 3,3 km/h por encima de lo permitido; y en vías de 50 km/h la velocidad media no llega a exceder el límite máximo de velocidad fijado.