Siniestros mortales más frecuentes entre motociclistas
El riesgo de fallecer por cada kilómetro recorrido en motocicleta es entre 12 y 17 veces superior al de hacerlo en un turismo. Es uno de los datos más llamativos que se recogen en el informe ‘Hoja de ruta para la mejora de la seguridad vial en usuarios de motocicletas y ciclomotores’, que han elaborado Fundación MAPFRE y la Asociación Española de la Carretera.
Con el objetivo de analizar la siniestralidad vial de este colectivo, conocer los principales factores de riesgo y aportar soluciones, se han analizado un total de 240 casos reales de fallecidos en siniestros de moto y ciclomotor y más de 7.000 lesiones sufridas por más de 3.000 conductores de motocicletas y ciclomotores.
Así, el trabajo revela que el exceso de velocidad (29,3%), el consumo de alcohol (17,4%) y la ingesta de drogas (10,2%) son los factores de riesgo que más influyen en un siniestro mortal de moto. También interviene el hecho de no usar el casco de la talla adecuada, abrochado y ajustado correctamente, lo que puede provocar hasta el 6% de los fallecimientos en motociclistas y el 29% en conductores de ciclomotores.
También hay que destacar que 1 de cada 4 fallecidos en siniestros de tráfico en España son motociclistas y que el 96% de los conductores de motocicletas y ciclomotores fallecidos son hombres. A esto hay que añadir que el 39% del total de fallecidos fueron en vías interurbanas y en fin de semana y que el 98% no hacía uso de ropa de alta visibilidad. Además, el 3% iba sin casco.
Más de 7 mil lesiones en motos y ciclomotores
El informe ha analizado 7.048 lesiones en 3.263 lesionados, siendo la mayoría correspondientes a motocicleta (2.190 lesionados) frente a los 1.073 lesionados de ciclomotor. En este último, es llamativo remarcar que la mayor lesividad cae en el ocupante: 881 lesiones en ocupante frente a 192 en el conductor de ciclomotor.
Hay que destacar que las lesiones no mortales más frecuentes se han producido principalmente en el tronco (28%) y en las piernas (27%) y que la mayoría de los incidentes mortales fueron resultado de una salida de la vía (41,3%), una colisión frontolateral (16,8%), propia de una intersección, y una caída (15%).
El trabajo también revela que cuatro de cada diez conductores (41%) no utilizaban equipamiento de seguridad, exceptuando el casco, y que el uso de algún otro elemento de protección, como airbags, chaquetas con protecciones, guantes y botas especiales, entre otros, eran más habituales en carretera (71%) que, en ciudad, donde solo los utilizaban el 25% de los fallecidos de los que se disponía información.
Asimismo, en más de la mitad de los siniestros con motociclistas fallecidos (52%) no estaba implicado otro vehículo, y que cuando sí lo estaba el suceso ocurrió principalmente porque el conductor del otro vehículo no respetó la norma genérica de prioridad (21%) o sufrió alguna distracción o no se percató de la presencia del motociclista (10%).
Incremento de su siniestralidad
El número de fallecidos en moto y ciclomotor se ha reducido menos que la de ocupantes de automóviles, por ejemplo, lo que puede deberse en parte, a que desde 2009 el parque de motos ha aumentado un 38% en España (un incremento del 12% en el caso de turismos). A esto hay que añadir el auge de las empresas de reparto a domicilio, que se mueven en su mayoría en ciclomotor o moto.
Hoja de ruta
Una veintena de entidades de la administración, fabricantes de vehículos, asociaciones de usuarios y víctimas de tráfico, autoescuelas y empresas de reparto, entre otras, han colaborado en la creación de una hoja de ruta que permita contribuir a reducir este tipo de siniestros.
Entre las propuestas, se encuentra la creación de grupos de trabajo que analicen cada siniestro mortal y elaboren recomendaciones para evitar que se repitan este tipo de sucesos, tal y como se realiza desde hace años en otros países más seguros que España, como Suecia. Otra de las sugerencias es mejorar la formación de todos los conductores, incluyendo a aquellos que con su carné B (de coche) empiezan a conducir motos de pequeña cilindrada, así como la de los motociclistas profesionales, en especial, de los repartidores, que deberían recibir cursos de conducción segura, en particular para mejorar la conducción en curva y en intersecciones, y el frenado de emergencia.
En este sentido, el estudio plantea la necesidad de completar la formación práctica de todos los conductores (tanto de motocicleta como de automóviles o vehículos pesados) con sesiones específicas de concienciación, percepción del riesgo, toma de decisiones seguras y necesidad de compartir la vía, que estén moderadas por víctimas de siniestros de circulación.
También, se aboga por promover el equipamiento de alta visibilidad y de protección que ayude a proteger mejor las lesiones producidas en columna vertebral, manos y pies, algunas de las zonas más afectadas, e incorporar más tecnología de seguridad de serie en todas las motocicletas y ciclomotores, como el sistema de llamada de emergencia y el ABS, actualmente no obligatorio en vehículos de menos de 125 cc.
Otro de los puntos que hay que destacar es la necesidad de mejorar las carreteras con barreras de protección, que sean compatibles con la seguridad de estos conductores y que eviten situaciones trágicas y frecuentes como la amputación de miembros inferiores, que suceden como consecuencia de una colisión. También la importancia de fomentar un plan de ayudas para la renovación del parque de este tipo de vehículos y para la actualización de la ITV y su cumplimiento; así como reforzar los controles de circulación, especialmente en relación a las infracciones que más fallecidos provocan: exceso de velocidad y presencia de alcohol y drogas.