Más cerca de la tasa cero al volante
Se calcula que si nadie se pusiese al volante bajo los efectos del alcohol se podrían salvar aproximadamente 5.000 vidas al año, según el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC, por sus siglas en inglés). Se puede decir que Europa está dando pasos para acercarse cada vez más a la tasa cero. De momento, la Comisión propone que los conductores noveles no puedan ponerse al volante después de haber bebido alcohol en los primeros dos años de permiso de conducir. Aunque lo ideal sería fijar esta tasa cero para todos los usuarios que circulan por la carretera, sin duda es un paso más hacia esta tolerancia cero.
En las carreteras de la Unión Europea se registraron un total de 20.600 víctimas mortales durante 2022, un 3% más que en el año anterior. Aunque es un 10% menos respecto a 2019, último año antes la pandemia de Covid-19, el incremento total registrado en el último año invita a plantearse si se está en el camino correcto para conseguir el ansiado objetivo de reducir a la mitad el número de fallecidos y heridos en 2030.
En este sentido y con el reto de cambiar la tendencia ascendente, la Comisión Europea propone varias medidas, como acabar con la impunidad transfronteriza incrementando el número de infracciones que pueden imponerse en cualquier país de la Unión Europea o instando a la tolerancia cero para los conductores jóvenes durante sus dos años de permiso.
Desde diferentes instituciones y asociaciones de víctimas se reclama que no haya límites máximos de alcohol al volante y que, por lo tanto, se sancione o penalice desde el primer positivo. Sin duda, esta medida es un paso más hacia este objetivo. Lo cierto es que ya hay diferentes países que han implantado la tasa cero para noveles. Este es el caso de Italia, Alemania, Croacia, Lituania o Eslovenia. Otros países como Bulgaria, Hungría, Rumanía o Eslovaquia tienen la tasa 0 para todos los conductores sin importar si han obtenido recientemente el carnet de conducir.
En España y con la nueva Ley de Tráfico, los conductores menores de edad no pueden conducir cualquier tipo de vehículo si se encuentran bajo los efectos del alcohol, es decir, tienen la tasa 0,0. Esto afecta a conductores de ciclomotores, bicicletas, patinetes eléctricos o coches sin carnet. Este último es para mayores de 15 años con el permiso AM (permite la conducción de ciclomotores hasta 50 cc de dos o tres ruedas y cuatriciclos ligeros). En lo que respecta al resto de conductores, la tasa máxima de alcohol para conducir está fijada en 0,3 g/l en sangre para conductores noveles y profesionales (0,15 mg/l en aire espirado) y 0,5 g/l para conductores en general (0,25 mg/l en aire espirado).
Algunos organismos consideran que esta medida se puede ampliar. Así, desde el ETSC se insta a los Estados miembros, además, a restringir otras actividades de alto riesgo durante este período de dos años, como conducir con otros jóvenes o de noche y a plantearse un límite de tolerancia cero en toda Europa para las drogas psicoactivas ilícitas.
RIESGO DESDE LA PRIMERA GOTA
Dar positivo o no en un control de alcoholemia depende de la cantidad de alcohol ingerida pero también de multitud de factores y, por lo tanto, puede variar mucho de una persona a otra. Entre esos factores hay que tener en cuenta si se han ingerido o no alimentos previamente, el tipo de bebida (las destiladas y las mezclas con bebidas gaseosas se absorben antes), el tiempo transcurrido tras la ingesta, el grado de habituación o tolerancia, el peso de la persona, la edad, el sexo, la rapidez con la que se ha consumido la bebida, la hora del día, factores personales…
A esto hay que añadir que una persona con un nivel de alcoholemia de 1g/l puede necesitar entre 6 y 10 horas para que su nivel baje al nivel máximo permitido, tal y como recuerdan desde la DGT, y que aún por debajo del límite legal, el riesgo de siniestro se ve incrementado.
Una cerveza, un “chupito”, una copa de vino… Un poco de alcohol es suficiente para que los sentidos se vean mermados y la capacidad para conducir se vea afectada En ocasiones, el propio usuario no es capaz de percibirlo y se asumen riesgos innecesarios al volante. Se puede decir que este hecho es especialmente peligroso, cuando el conductor considera que está en perfectas condiciones para ponerse al volante cuando no es así. Por ello, lo mejor es no correr riesgos y abogar por la tasa 0,0. ¿Te sumas?