Trabajo nocturno y por turnos, ¿contribuye a la siniestralidad?
Para los conductores profesionales, las largas jornadas laborales suelen ir aparejadas con levantarse temprano y la falta de sueño. Tras 11 horas de trabajo, el riesgo de estar involucrado en una colisión se duplica. Si a las muchas horas que se pasan en la carretera sumamos la conducción nocturna o los horarios por turnos, el descontrol que se produce en el ciclo del sueño, además de los efectos de la conducción durante la noche, hacen que el riesgo de accidente se incremente de forma considerable.
Tal y como recoge el informe ‘PRAISE: “Vencer la fatiga” – Normas sociales de la UE y conductores de vehículos pesados’, realizado por el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (European Transport Safety Council, ETSC), los conductores deben cumplir muchas funciones distintas además de conducir, que pueden sumar un total de 9-10 horas al día. Esto puede contribuir a aumentar el estrés y la fatiga.
Según dicho informe, los niveles de riesgo varían con 3 factores clave: hay un incremento del riesgo de incapacidad y adormecimiento durante la noche, un riesgo que se ve incrementado debido a la mayor duración del horario laboral y a horarios de trabajo irregulares que desembocan en problemas de sueño y estado de alerta.
Y es que el ciclo natural del sueño del cuerpo humano indica que la mayoría de las personas tienen sueño al menos 2 veces al día: por la noche y por la tarde. En estos momentos hay mayor tendencia a quedarse dormido al volante. De hecho, el mencionado informe indica que los accidentes causados por conductores fatigados tienden a producirse en jornadas largas a lo largo de carreteras monótonas entre las 2 y las 6 de la mañana, y entre las 2 y las 4 de la tarde.
En este sentido, desde el ETSC se señala que las probabilidades de que se produzca una colisión por la noche es al menos, 10 veces superior a que se produzca de día. De hecho, indican que cambiar los horarios de actividades a los turnos nocturnos significa exponerse a una reducción de capacidades funcionales debido a una velocidad más baja del metabolismo. Además, durante el subsiguiente sueño (de día), el trabajador queda expuesto a un metabolismo más rápido que interrumpe el sueño. Hay que añadir que el tiempo que una persona pasa despierta es igualmente importante. Permanecer despierto, tarde por la noche o temprano por la mañana, duplicará la carga sobre los que conducen por la noche.
Y es que, además de la fatiga y la somnolencia, debemos tener en cuenta que un porcentaje de la población tiene que hacer frente a la apnea obstructiva del sueño, un desorden del sueño que contribuye a la somnolencia
Desarrollar nuestra jornada laboral conduciendo durante la noche, así como contar con turnos rotativos, contribuye de forma significativa a la aparición de la somnolencia y fatiga. Recordamos que la fatiga afecta al tiempo de reacción, al rendimiento para controlar la dirección y a la capacidad para mantener la distancia con el vehículo que nos antecede. Además, hay una mayor tendencia a distraerse, pérdida de la capacidad de atención y de capacidad de procesamiento cognitivo de la tarea de conducción. Surge entonces la conducción semiautomática, momento en el que el conductor es apenas consciente de lo que sucede a su alrededor.
El mencionado informe remarca que una persona que conduce tras haber permanecido despierta durante 17 horas corre un riesgo de colisión equivalente a tener un nivel de alcohol en sangre del 0,5 g/l (el doble del riesgo normal). El aumento del riesgo suele ser el resultado de una combinación de factores biológicos, el estilo de vida y relacionados con el trabajo.
Los conductores profesionales se encuentran con que la fatiga es uno de sus principales riesgos al volante. Además, no podemos olvidar que el riesgo de accidente se incrementa particularmente por la noche cuando hay jornadas laborales más largas y horas irregulares. Hay que añadir que si el accidente se produce de noche, el riesgo de un siniestro grave es mucho más alto. La única forma de controlar la fatiga aquí es mediante políticas normativas y de gestión del riesgo.
Según el Estudio Europeo sobre Condiciones Laborales (Eurofound, 2005), los trabajadores del sector del transporte parecen tener más turnos que el trabajador europeo medio (cerca de un 26,8% de los trabajadores del transporte informaron sobre sus turnos de trabajo, en contraposición con el 16,1% de media de los trabajadores)
Por último, cabe remarcan que diversos estudios científicos hacen hincapié en los efectos negativos sobre la salud de un horario de trabajo no estandarizado y de los posibles problemas psicológicos, tanto a corto como a largo plazo.