Vuelven las cenas de empresa: estos son los motivos por los que no debes conducir si consumes alcohol
La pandemia de COVID-19 paralizó todos los eventos sociales y, por supuesto, también las reuniones y cenas de empresa en Navidad. Este año, gracias a la vacunación, las medidas de confinamiento y las restricciones se han minimizado, y ya son muchas las empresas que están volviendo a celebrar estas reuniones. Pero el coronavirus no es el único enemigo que nos podemos encontrar en estos eventos sociales, si vamos a conducir debemos evitar el consumo de alcohol, por nuestra seguridad y la de todos los usuarios de la vía.
Tenemos ganas de celebrar, de estar con los nuestros, de volver a reunirnos. Sin embargo, se debe hacer siempre con cabeza, ya que el coche y el alcohol no son una buena mezcla. Tampoco en las cenas de empresa.
¿Sabías que conducir bajos los efectos del alcohol puede ser delito? A esto hay que añadir las terribles consecuencias en forma de heridos o fallecidos que pueden acarrear los siniestros de tráfico. Como dato ilustrativo, el alcohol está presente entre el 30% y 50% de los siniestros mortales.
Aunque actualmente en España está prohibido conducir con una tasa de alcoholemia por encima de los 0,5 g/l de alcohol en sangre (0,25 mg/l en aire espirado), la mejor y más segura tasa al volante es 0,0. Esa tasa de 0,5 g/l se reduce a 0,3 g/l (0,15 mg/l) para los conductores noveles y profesionales. Como hemos mencionado antes, se comete delito cuando se exceden los 0,6 mg/l de aire espirado (1,2 g/l en sangre). También es delito negarse a someterse a las pruebas de alcohol. Lo resumimos en esta tabla:
El alcohol está muy vinculado al ocio y a la diversión. Sin embargo, puede provocar graves consecuencias al volante. Aquí hay que destacar que no es necesario tener una tasa de alcohol muy elevada para que la conducción se vea afectada.
Además, hay que tener claro que no a todas las personas les afecta el alcohol de la misma manera. La misma cantidad y el mismo tipo de bebida alcohólica afecta de diferente forma según una serie de factores como el peso, la edad, el género, si se toma con bebidas gaseosas, si es una bebida fermentada o destilada, si el estómago está vacío o lleno, el grado de habituación o tolerancia de la persona, el momento del día… También afecta la velocidad a la que se bebe, ya que cuanto más rápido se consume el alcohol, mayor es la velocidad de absorción y la cantidad que pasa a la sangre.
Por supuesto, a más cantidad de alcohol, más se ve afectada a nuestra capacidad para ponernos al volante, y aumentan más las posibilidades de sufrir un siniestro de tráfico.
Así afecta el alcohol a la conducción
- Movimientos más lentos y menor capacidad de reacción. Problemas de coordinación motora y psicomotora.
- Dificultad para concentrarse.
- Somnolencia y fatiga.
- Afecta a sentidos tan importantes como la visión y el oído, que se ven alterados. Se altera la percepción.
- Dificultades para calcular distancias.
- Aparición de euforia y agresividad. Conducción distraída, asumiendo más riesgos al volante.
- Incapacidad para mantener el control del vehículo: zigzags.
- Incumplimiento de las normas de tráfico y se subestima la velocidad.
- Se asumen más riesgos al volante.
- Problemas para adaptar la visión a los cambios de luz: deslumbramientos.
Por supuesto, a mayor tasa de alcoholemia, nuestra capacidad para conducir está más alterada y perjudicada. Además, los efectos se pueden potenciar si se combina alcohol con medicamentos y otras drogas, multiplicando las posibilidades de sufrir un siniestro y que las consecuencias sean más graves.
Nada puede engañar al alcoholímetro
Son muchos los mitos que gira en torno a la posibilidad de reducir la tasa de alcoholemia. Nada de esto funciona. Enumeramos algunos de los más populares:
- Hacer ejercicio.
- Tomar aceite.
- Mascar chicle.
- Tomar caramelos de menta.
- Beber mucha agua.
- Fumar.
- Masticar granos de café.
- Echarse un rato para que baje la tasa.
- Combinar alcohol y comida para no dar positivo.
- Usar espráis bucales.
- Tomar clara de huevo.
Subida y bajada
¿Sabías que el alcohol puede detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberse ingerido? Además, alcanza su máximo nivel a los 30 y 90 minutos después. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), una persona con un nivel de alcoholemia de 1g/l debe estar alrededor de 6 y 10 horas para que su nivel de alcoholemia baje del nivel máximo permitido.
Si vas a conducir después de una comida o cena de empresa lo mejor es no beber alcohol, pero si lo haces busca otros medios de transporte alternativos, como los transportes públicos, los taxis o los vehículos VTC.
No te la juegues. La mejor tasa es la 0,0.